A 150,180 ó 200 y pico de puede ir en algunas circunstancias sin reventar a nadie, Alemania es la prueba.
Bajar los límites de 50 a 30, de 80 a 50 y de 100 a 80 en muchas carreteras, vías interurbanas y autovías con la excusa de la seguridad mientras parches, quitamiedos, socavones, gravilla y escasa iluminación se siguen esparciendo es algo que difícilmente cuela a estas alturas. Por no hablar de las campañas anti ruido, anti drogas o anti alcohol que siguen siendo muy insuficientes.
Que haya cada vez más agentes recaudando con radares a distancia en lugar de multar a quienes van hablando por el móvil o que eliminen sistemáticamente plazas de aparcamiento en las grandes ciudades para que la gente se desplace con un pésimo transporte urbano es una vergüenza.
Que las administraciones traten de culpabilizarnos con la velocidad mientras ni siquiera han sabido ponerse de acuerdo con la gestión de los patinetes o den etiquetas cero emisiones a coches de 300 y pico CV es digno de la payasada en la que se ha convertido la administración.
En fin, Feliz Navidad. ?
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