¡Buenas!. Aquí la crónica. Espero que les guste.
De ruta por Gran Canaria.
Era Marzo. Lunes 15. La Primavera apuntaba ya, aunque tímida. Para ayudar a pasar una tarde que se presentaba aburrida, pensé que lo mejor sería entrar en el Foro de
www.BMWMOTOS.com y solazarme navegando por los distintos apartados, leyendo lo que los amigos escribían sobre muchos temas variopintos. Es curioso, pensé, lo que esta página del amigo Carlos Permuy ha logrado. Moteros y moteras de toda España y parte del mundo, que sin conocerse en muchos casos, fraguamos una amistad entrañable.
Pero a lo que iba. En los entresijos de “Viajes y Concentraciones” andaba yo hurgando, cuando topé con un tema abierto el día 13 por Tonygs, en el que proponía a todos los “foreros” de Canarias y de la Península una concentración en Las Tirajanas en Gran Canaria. ¡Hombre!, ya tenemos “boncho” montado, pensé. Entré, ávido de noticias, y me encontré ya con dos páginas escritas por gente de ambas provincias Canarias que se hacían eco de la propuesta y se apuntaban ya al evento. ¿Fecha?. 15 y 16 de Mayo. Dos meses vista. Durante estos dos meses, se escribieron más de 550 mensajes, y tuvo más de 8.500 visitas. Anécdotas, comentarios, fotos, rutómetros, mapas, … y el nacimiento de los “sectores”.
¡Ay, con la rivalidad entre islas!. Cosas del fútbol … digo yo. Y quizá de la política… que lo emponzoña todo… Medio en broma y medio en cachondeo Jorgetac (“pistolero” con el ordenador) nos recuenta con un logo “Canarión” y otro “Chicha”. Nace así el Sector Canario del foro BMW, subsectores Canarión y Chicha. Tu allí y tu aquí. Y la mar oceana por medio. ¡Animo “chichas” que somos más y les podemos!. ¡Canariones… no se me despisten que somos los organizadores!. Pero en el fondo no hay rivales. Todo es broma, chanza y chiste, porque es más lo que une qué lo que separa. Conociéndolos a todos, concluyes que el mar de en medio es una anécdota.
14 de Mayo. Todo organizado. La moto revisada y limpia. La bolsa preparada. La visera del casco sin “cadáveres”. La Biodramina, para los que somos de tierra. Y ese pellizco en el estómago de siempre… Malditos nervios, que tengo que dormir…El despertador puesto. A las tres un niño llora. Tiene fiebre. Otro con tos. Mi mujer por medio administrando “apiretales y fluidasas”… ¡Aquí no hay quién duerma!. ¡Don de la oportunidad tienen los pibes, oye!. A las cuatro desayuno. Y ahora… ¿Qué hago hasta las siete?. ¡Que lento pasa el tiempo a veces!.
Ni que decir qué iba a llegar al puerto el primero. Siempre me pasa lo mismo. Pero esta vez no. Allí ya estaba Roberto, con su Harley. ¿Dormiste aquí?, le pregunto. Se sonríe y casi contesta una obscenidad. Van apareciendo los demás. Ankor, Puretaguay , Junior-fast, Quiqueadventure, Albert, Jorge, Picopato, Crispin, d57, Julio, Rodorogo, Alejandrogs, Dajalo, Jorge el canario…. Reparto de tarjetas de embarque, de biodraminas y “tos pa dentro”. ¡Señor, que no se hunda hoy!. Y además, empieza a llover.
Las motos amarradas en bodega por unos operarios que se echan las manos a la cabeza cuando nos ven entrar. Cuentan. Pero hay cinchas para todos. Subimos a la cabina y con el primer café para algunos, el cuarto o quinto para otros, surge el primer motivo para la crucifixión. Jorgetac ha repartido planos de la isla hermana… de La Gomera. Sólo usamos dos clavos para crucificarlo. Los preocupados por la travesía nos vamos relajando, los nuevos nos van conociendo y el buen ambiente y camaradería surge desde el primer momento. Un primer martillazo en la fragua de amistades entrañables que da este mundillo de las motos. 70 millas náuticas de marejadilla después, con algunos ojos de mirada perdida sobre cara verde (¿verdad Albert?) salimos del barco, más derechos unos, torcidos como esquifes otros, buscando esa bocanada de aire fresco reconstituyente y tierra sólida, que no se mueva, donde pisar.
En el muelle nos recibe el sector Canarión. Hola, saludos, apretones de manos, nos identifican con tarjetas para que nadie dude de con quién habla… y a la carretera. Ni que decir tiene, que nos convertimos en la atracción del Puerto de las Nieves. Vamos despacio, en fila india. La excelente organización comienza por pedirnos un estricto cumplimiento de las normas de tráfico. Junior-fast aprovecha para desatascar de carbonilla. Segunda, 7.000 vueltas.
Empezamos la subida a la cumbre. Hoya de Pineda, Fagajesto, Presa de los Pérez, Artenara. Empieza el recreo. En las curvas, en el sonido de los motores, en el paisaje…Con los neumáticos aún fríos, pero con el corazón anhelante de kilómetros, nos entra por la retina un paisaje espectacular tachonado de un verde de mil tonalidades, iluminado por una neblina alta iridiscente que deja pasar una luz que sólo se puede ver en esta bendita tierra. Profundos barrancos y laderas cortadas por los dioses, que la naturaleza puso ahí para nuestro disfrute. ¿Quién no respira hondo?.
Las curvas se suceden unas a otras. Las aguas de la presa llenan unos barrancos que circundamos por una carretera estrecha que se asoma de vez en cuando al pantano, en trazos inverosímiles que retan la gravedad. Veo cascos que están más tiempo girados hacia el paisaje. En Artenara, cunde el silencio entre los chicharreros cuando paramos. La verdad es que estamos asombrados.
Tejeda, Parador de la Cruz de Tejeda para parar un momento en el mirador “Degollada de Becerra”. Aquí vienen los Canariones cuando quieren ver la nieve. En día claro se ve el Teide. Hace un poco de frío y alguno aprovecha para calzarse un chaleco. A nuestra vista está Roque Nublo. Príncipe orgulloso de la isla Canaria, que se muestra dominante en equilibrio impertérrito sobre montañas y valles de la isla hermana. Las máquinas de fotos no paran.
¡¡Paaaaaaaa, paaaaaaaaaa!!. Fipe y su pita de gas anuncia que continuamos. Bajamos a Ingenio por Cazadores y Pasadilla. Los puños del gas se animan por una carretera sin tráfico, que nos saca de la cumbre boscosa y nos sumerge bordeando el barranco de Guayadeque, en tierras de labor de pueblos cargados de tradición. Ingenio. Agüimes. Temisas. Santa Lucía. Pueblos que se asoman al mar en un valle coronado por un semicírculo de paredes verticales cubiertas de pinos que parecen pintados sobre la roca. ¿Cómo se sostienen?.
En Santa Lucía repostamos. Cerveza tropical para la mayoría, de 98 octanos para algunas. El comentario general es de admiración. Los Canariones que lo conocen han podido disfrutar más de la carretera. A los Chicharreros nos parece que cinco sentidos son pocos para la ruta que hemos hecho. Y empiezan a oírse las primeras “mentiras”. Tumbada me pegué aquí… rocé las maletas más abajo…tuve que esperar diez minutos… Y algunas verdades. A Geño empezaba a molestarle la espalda.
De allí al hotel en San Bartolomé. Nos recibieron con un aperitivo en los jardines. Al poco, comenzó un desfile de cuerpos rambo camino de la piscina climatizada y el “yacuzi”. Otros preferimos el baño interior. Un rato de descanso que cada cual tomó como quiso. Algunos compañeros nos dejaron hasta el día siguiente y fueron a sus casas a dormir. Otros, se volvieron a montar en la moto y se fueron a desandar lo andado. A las 20 horas, la cena. Siguieron las mentiras y el buen humor. Repartieron más que sortearon los regalos, porque había tantos que todo el mundo tuvo el suyo. Copas, charla, risas, baile y esa fragua maravillosa a pleno rendimiento.
Amaneció un 16 de Mayo primaveral. Preconizaba un día de moto inigualable. Un cielo limpio de nubes y una brisa muy agradable. Aviso de la organización sobre la bajada desde Fataga a Playa del Inglés asfaltada chapuceramente. Comenzamos a rodar la etapa más larga del fin de semana. También nos toca la parte más seca de la isla y la más turística. Maspalomas, Arguineguin, Puerto Rico y la playa de Mogan. Se rueda al ritmo que permiten tanto cruce y tanta rotonda. Hay también más tráfico. A la izquierda el mar. Superamos algunos complejos hoteleros modernos, pero a partir de Patalavaca disfrutamos de una carretera bien asfaltada que bordea los montes de la costa en vueltas y revueltas interminables. Son un goce para los “arrastrareposapiés”.
Volvemos a subir por Las Burrillas y Los Navarros hasta el pueblo de Mogán. Vamos recuperando los tramos de montaña y ese verde umbroso pero cálido que nos acompaña desde el primer kilómetro. Hay parada prevista usada para aliviar culos resentidos y manos dormidas, y como no, para una cervecita y ver que hizo Rossi, Sete y compañía. No hacemos leña de los fans del 46. Pero en el fondo nos alegramos por Sete.
Fipe está tan “agustito” que El Canario tiene que recordarle lo de la pita futbolera. A su toque, nos vamos para San Nicolás de Tolentino que es donde almorzaremos en hermandad. D57 debe dejarnos. Ankor y Quiqueadventure se despistan en un cruce pero se recuperan pronto. Y la gente a saco. Casi sin tráfico y una carretera de curvas de buena trazada, hace que la gente desatasque toberas y cate los cantos de las gomas. Ahora si que se rozan los reposapiés y salta algún que otro ABS en apurada de frenada. Algunos cuando me pasan me quitan el polvo y me dejan otra vez la moto limpita. También va gente más lenta, que llegamos para la segunda caña. Pero llegamos.
Nos enfrentamos ahora con una tremenda paella que nos prepara “La Gañanía” y que nos permite que la fragua culmine el trabajo. Creo que a falta del tramo de las 324 curvas en 31 kilómetros para llegar a Agaete a coger el barco de vuelta, ninguno de nosotros podrá decir que no hizo amigos para toda la vida. Creo que ninguno de nosotros olvidará este fin de semana magnífico que Canarios, paisanos, hermanos, “Canariones” dicho con todo el cariño, han organizado para nosotros. En el barco de vuelta nadie se mareó. Porque la gente hablaba con entusiasmo de lo bien pasado y no hubo tiempo para el mareo.
Tonygs, Fipe, PedroRT, Geño, Octavior32, Pardo, Gustavo, gran canaria, Jalvarod, alerr900, cmv, r1150rs, vfr800, Juan Carlos, Walkirya, Rt, Carlos y Cristi, Galhón y varadero. Muchas gracias. Queremos que se repita.
Por último, no quiero terminar esta crónica sin dejar constancia de mi admiración por todas las “copilotas” que asistieron. Sin su colaboración y buen hacer esto no hubiera sido posible. Y también, por que no, a las que no vinieron y se quedaron cuidando niños para que los demás disfrutáramos como lo hemos hecho. A ellas, todo mi agradecimiento.
Ráfagas, y hasta la próxima en Tenerife.
Cristóbal Quesada ENCISO.