Mis primeros paseos en moto fueron
de paquete con mi padre; puede que estemos en 1961 o antes y puede que yo no tenga todavía los 3 años.
Bultaco Lobito 74: en el año 1974 me regalaron mis padres esta máquina:
5,75 CV que pasaron a 10 mediante la sustitución del motor (pistón, culata y cilindro) por los de la Bultaco Tirón 100; cambié también el carburador por otro con difusor más gordo y alargué el desarrollo. Con todo ello podía ir a 85 km/h en llano. La tuve 2 años y disfruté con ella lo que no está escrito.
Fundamentalmente la usaba para carretera pero también hacía un poco
el cabra con ella.
Lo malo de aquellas motos era la escasa calidad, lo que propiciaba averías y roturas, si bien subsanables en muchos casos con algo de ingenio y un poco de dinero.
Si caía un chaparrón se mojaban partes delicadas y se paraba el motor. Tocaba secar la bobina con el pañuelo y esperar un rato:
Tuve un accidente en 1975 yendo hacia Santander: en un stop que había a la salida de Laredo –hoy una glorieta- salió un coche al no verme y no pude frenar del todo, le di en la puerta y me partí el cúbito y el radio de la muñeca izquierda. Ambulancia a Valdecilla (Santander) a poner las cosas en su sitio y ya escayolado a pasar las vacaciones en Laredo (no dije nada en casa).
La equipación que usaba entonces para ir en moto me valía para todo como vemos aquí haciendo unos saltos con la Alpina que intercambié con un amigo. El atuendo motero consta de pantalones de franela, zapatos, camisa y jersey; sólo falta la corbata. Eso sí, siempre he usado guantes.
Ossa Enduro América 250: gracias al dinero que sacaba dando clases de inglés a chavalillos, en 1976 me saqué el A2, vendí la Lobito y me compré ésta:
Es la moto de 2 tiempos que más me gustó a pesar de fundir la biela volviendo de San Sebastián. Me costó 13.000 pts reparar la avería en una moto que me había costado 45.000 6 meses antes.
Bultaco Metralla 250: en 1977 me compré ésta sin vender la Ossa.
Compra equivocada: manillares muy bajos que hacían que mi muñeca izquierda accidentada 2 años atrás se resintiera al cabo de nada, sobre todo al frenar. Además, no hacía más que pinchar la rueda trasera. La tuve 1 mes y la vendí, comprándome un Renault 4L. Al cabo de unos meses vendí también la Ossa.
Ducati Scrambler 250: tuve esta moto en 1979 durante un corto espacio de tiempo. 25 CV y 120 km/h de velocidad máxima.
Las motos dejaron de motivarme: las de 2 tiempos eran una fuente de suciedad y averías, mientras que las de 4 tiempos que podía permitirme no andaban nada. Por el dinero a gastar, me gustaban mucho más los coches, sencillos primero y algo mejores después, sin acordarme de las motos para nada durante 12 años.
Honda CBR 600 F: en 1991 decidí volver a las motos porque había un buen mercado de ellas con motor de 4 tiempos, potentes, fiables y asequibles. Compré esta moto a un amigo con 9.000 km y menos de 2 años. Sólo tengo una foto a pesar de tenerla durante 12 años:
Me la robaron a pesar de estar en garaje cerrado y la recuperé al cabo de 3 días ya que la abandonaron cuando se les acabó la gasolina.
Con esta moto sufrí un arrastrón al caerme para evitar darme contra un coche que se saltó una mediana. Me la arregló el seguro de la otra parte sin poner pega alguna a pesar de sobrepasar algo el valor de tasación.
Triumph Trophy 900: en 2003 compré esta moto buscando comodidad, capacidad y cualidades más ruteras, ya que con la CBR no se podía ir muy lejos salvo que fueses algo masoquista. La compré con 18 meses y 18.000 km.
Honda VFR 800 VTEC: buscando algo más de deportividad, cambié la Trophy por ésta en 2006.
Nunca me acabó de gustar del todo, pero tampoco me disgustaba. La vendí porque tuve la ocasión de andar en una Harley-Davidson Electra Glide Ultra Classic durante más de 5.000 km y esa experiencia me marcó: le cogí manía a ir con la cara hacia delante y los pies hacia atrás. Tenía claro que lo que de verdad me gustaba era la moto tipo policía. Y por eso pasé a la siguiente.
Honda Pan-European 1300: en 2009 me la compré porque reúne gran parte de lo que espero de una moto:
Lo siguiente será abundar en lo mismo, bien mejorando su comodidad (Goldwing), bien mejorando su deportividad (BMW 1600 GT, nueva Trophy 1200, nueva Pan¿?). Las motos ahora
llenan, han llegado a un nivel que hace que verdaderamente disfrutes de ellas como nunca, su fiabilidad* hace que te despreocupes, etc.
(*) En las 4 motos de esta
segunda etapa hasta la fecha (periodo 1991-2012) sólo he tenido 2 averías: el reloj horario de la Trophy, que se paraba si dejaba la moto en la calle por la noche y hacía fresco (sustituido sin cargo en garantía) y el termostato de la VFR (única avería que he pagado y, curiosamente, la única moto
nueva de las 4).