Acabo de llegar de vuelta de una de mis salidas...esta vez con artillera. Después de comer cordero en Sepulveda y con un calor de mil demonios, continúo ruta hacia Ayllón, dónde hago escala y después de unos cafetitos con hielo, pongo rumbo por la SG-145 hacia Atienza dónde vuelvo a parar. Nos disponemos a subir al castillo "roquero", cuando al atravesar por el arco de entrada a su bonita plaza, un anciano con gorro de paja y cachava, que nos ve con sendos cascos en mano, me pregunta: ¿En que máquina venís?...a lo que yo perplejo le contesto un...¿Como dice?. El viejete me vuelve a preguntar...¿Cual es vuestra moto?, a lo que respondo que una BMW y dice...:"Esas son caras", y sonríe....yo le digo que por supuesto, que lo bueno se paga. El me dice que le encantan las motos y que tiene una en su casa, es una MV Augusta de 250cc. del 62 y que ya no puede montar por la edad pero que conserva con mucho cariño. Le pregunto la edad y me dice que ya son 90 primaveras las que tiene, que vive solo y que mala es la soledad, me habla de la posguerra, del hambre, de sus dos mujeres difuntas...¡Que mala es la soledad!...se levanta y con aire cansino, despacito...avanza y nos invita a su casa para que veamos su "joya". Por supuesto, le seguimos, nos habla más de su vida, de cuando llegó al pueblo, de como conoció a su segunda mujer y como durante 17 años lucho con ella contra un cáncer de mama que terminó con su vida...ya estamos!, hemos llegado a una casona de piedra con un zaguán de entrada inmenso, en el que el frescor es casi insoportable. Parece una de esas iglesias románicas que salpican estos parajes...abre una puerta y entramos, bártulos, telarañas, mugre, oscuridad, roca viva, olor rancio..se entremezclan en décimas de segundo y al fondo...la silueta de algo tapado que parece una moto. El anciano con mi ayuda, la descubre y allí está su moto!!, madre mía!!, la humedad y el tiempo se habían dado un banquete con ella!!, pero allí estaba...tenía hasta los papeles en una especie de funda de plástico enrollada en uno de los retrovisores!!. El anciano me indicaba que antes se señalizaba con la mano y por dónde se echaba el aceite...hizo hincapié en el transportín trasero, dónde se llevaba el equipaje, en fin..le escuchamos perplejos, sin decir palabra..por último, me dice:¿Sabes cuanto vale ahora?, pues 1700 euros y si la arreglas 2700. Me entra la risa!!, lo tiene todo controlado !!, jajaja. Nos despedimos..nos desea buen viaje y yo, por último le comento que no nos hemos presentado...el anciano sonríe y dice que su nombre es muy raro, que se llama Abelardo, a lo que respondo, que no había conocido antes a nadie con ese nombre pero que no era raro en absoluto!! Nos decimos adiós...salimos de su casa aún algo aturdidos por sus palabras de recuerdos, nostalgias, sufrimientos..pero también con la satisfacción de haber conocido a esa inesperada persona. Y en el rato que charlamos de motos vi sus ojos, azules y cansados, brillar de nuevo. Desde aquí, un abrazo y unas ráfagas para mi amigo Abelardo con sus 90 años, vecino de Atienza y MOTERO!!