Al mediodía, cuando no llueve, me cojo la moto después de comer y me voy a dar una vuelta. Solo unos cuantos kilómetros. Vivo en Santiago, así que me cojo la carretera del aeropuerto y subo hasta allí, doy la vuelta en la rotonda de entrada y paro un poco más adelante a tomar un café en una terracita debajo de unos árboles. Mano de santo. Llego a las cuatro y media al trabajo mucho más relajadito.
El caso es que uno de estos días hice lo mismo, y cuando paré a tomar café, como esa zona es lugar de paso de los peregrinos del Camino de Santiago, en la terraza del bar estaban varios extranjeros. Concretamente, en la misma mesa y formando un grupo, había una chica suiza, una señora alemana, un madrileño de mediana edad y un canadiense de unos setenta y tantos... El canadiense, que hablaba bastante bien el castellano porque es asiduo del Camino de Santiago, en cuanto vio la moto empezó a decir que esas motos eran una maravilla. Se puso a hablar conmigo y me dijo que él había tenido durante muchos años una r90s, y que ahora andaba por todo Canadá y Estados Unidos con una k1200rt. "A mí me encantan las R, pero para las distancias de Canadá y Estados Unidos, y a mi edad, hay que tener algo más cómodo". En fin, que el madrileño se quedó mirando la moto..... y dijo: "Pues para mí las motos más bonitas, y las mejores, son las Harley".
HALAAAAAAA...
Como diría Forges, YA LA TENEMOS LIADA. Al canadiense la frase le sonó como una puñalada, y empezó una discusión sobre motos. En muy buen tono, porque ellos eran amigos, pero con los argumentos de siempre en estos casos. Yo que tengo un compañero de trabajo fanático de las Harley sé lo que son estas discusiones...
Al final, el canadiense y yo llegamos a la conclusión de que el madrileño tocaba de oido y no tenía ni puñetera idea de motos
, y él reconoció que nunca se había montado en una, pero que las más bonitas eran las Harley, insistía. Bueno.... lo dejamos por imposible. Al final, el canadiense le recordó lo que ponían por su tierra en la parte trasera las cazadoras de los harleyistas: "Si puedes leer esto es que la puta se ha caído". Por cierto, me dijo que había muchísima afición a las bmw's clásicas por allá.
Todo este rollo es para contar lo bien que se puede pasar con un pequeño paseo en moto antes de ir a trabajar, un café y una conversación divertida. Y a mí, la verdad, me anima ver a alguien con más de setenta años con esa vitalidad y montando en moto casi a diario.
A ver si llegamos allá...
El caso es que uno de estos días hice lo mismo, y cuando paré a tomar café, como esa zona es lugar de paso de los peregrinos del Camino de Santiago, en la terraza del bar estaban varios extranjeros. Concretamente, en la misma mesa y formando un grupo, había una chica suiza, una señora alemana, un madrileño de mediana edad y un canadiense de unos setenta y tantos... El canadiense, que hablaba bastante bien el castellano porque es asiduo del Camino de Santiago, en cuanto vio la moto empezó a decir que esas motos eran una maravilla. Se puso a hablar conmigo y me dijo que él había tenido durante muchos años una r90s, y que ahora andaba por todo Canadá y Estados Unidos con una k1200rt. "A mí me encantan las R, pero para las distancias de Canadá y Estados Unidos, y a mi edad, hay que tener algo más cómodo". En fin, que el madrileño se quedó mirando la moto..... y dijo: "Pues para mí las motos más bonitas, y las mejores, son las Harley".
HALAAAAAAA...
Como diría Forges, YA LA TENEMOS LIADA. Al canadiense la frase le sonó como una puñalada, y empezó una discusión sobre motos. En muy buen tono, porque ellos eran amigos, pero con los argumentos de siempre en estos casos. Yo que tengo un compañero de trabajo fanático de las Harley sé lo que son estas discusiones...
Al final, el canadiense y yo llegamos a la conclusión de que el madrileño tocaba de oido y no tenía ni puñetera idea de motos

Todo este rollo es para contar lo bien que se puede pasar con un pequeño paseo en moto antes de ir a trabajar, un café y una conversación divertida. Y a mí, la verdad, me anima ver a alguien con más de setenta años con esa vitalidad y montando en moto casi a diario.
A ver si llegamos allá...