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Carlos, te debía la contestación.
Debo reconocer nuevamente que tu respuesta aparenta concisión y solidez; sin embargo, no puedo por menos de encontrarla vacía, sin saber por qué y dicho sea con los debidos respetos, cuando la cojo con las manos.
En una primera lectura, agrada porque parece apoyar una vuelta a una justicia individual, directa y primigenia, prescindiendo de las imposiciones del estado; por eso, aunque discrepe, respira un aire de libertad que no puede por menos que atraerme. Por supuesto, entiendo que supone también la primacía del código de valores individual frente al impuesto por un estado plano y opresor. Cualquier código sería igualmente válido, tanto el del cabeza rapada que exigiese, por ejemplo, con "hechos" la salida de moros y negros (que podrían estar dañando gratuitamente a los ciudadanos españoles en paro), como el del etarra o de la kale borroka que se sintiese jodido nada menos que por la falta de libertad de su patria, o el del fundamentalista musulmán que se considera ofendido por una viñeta. No es posible definir un sistema de valores como mejor que otro, porque si metes a la sociedad por medio tienes que aceptar el resto de valores (delitos, penas, formas de cumplimiento, etc.).
Sin embargo, creo que no es a esto a lo que tú te refieres, y la clave estaría en dos aspectos: la consideración de ciudadanos de bien, y la petición de complicidad de la policía.
La mención a los "ciudadanos de bien" no creo que vaya dirigida a cualquiera que se considere víctima, sino precisamente a un grupo social determinado (diríamos, todos sabemos quiénes son los ciudadanos de bien; esto es, lo sabemos "nosotros"

, un grupo social al que se otorga el privilegio de la impunidad cuando decide tomarse la justicia por su mano.
En esa línea va la petición de que la policía no intervenga (lo que también es delito), pero no en todos los casos de aostiamiento, sino sólo cuando el aostiador es "ciudadano de bien" y el aostiado no.
En efecto, supongo que la policía no ha presenciado el delito, ya que en ese caso lo que debería hacer es intervenir para detener al autor. Si llega después ¿cómo sabe que es verdad que se ha cometido el delito y que la ensalada es lo apropiado? ¿Porque se lo dicen los ciudadanos de bien? En ese caso la policia debería determinar, primero, si son ciudadanos de bien, para a continuación mirar hacia otro lado. ¿Cómo se haría esa determinación? Fácil, si es un ciudadano como nosotros y el otro un raterillo, gitano, moro o equivalente, correcto; si es un moro, gitano o equivalente el que aporrea, debe intervenir.
Ahora ya sé porque encuentro la propuesta vacía; porque no es ni siquiera una versión españolizada de la ley de lynch, sino la simple autorización privilegida a un grupo social, los ciudadanos decentes, para aostiar a otros con la ausencia cómplice de las autoridades, a las que se pide, sin embargo, que intervengan en los casos inversos.
Y no es que diga que tú propones lo mismo, pero eso es lo hacían y preconizaban los grupos nazis de las sa que conservaban "la disciplina y el orden" en muchos barrios alemanes, y eran por ellos apreciados por los buenos ciudadanos; su capacidad de limpiar las calles discretamente, sin juicios ni testigos, supuso buena parte del programa y el éxito de su grupo.
Por eso te decía que tu explicación me resultaba atrayente cuando parecía proponer un sistema individual puro; pero creo, sinceramente, que al final es otra expresión de prepotencia de un grupo social, tan amo de su sistema que se siente plenamente legitimado de saltarse sus propias normas cuando el infractor es alguien ajeno a la tribu.
Insisto en la reflexión que ya hice: si un hijo tuyo cometiese uno de esos hechos, seguro que no admitirías que ningún "ciudadano de bien" lo aostiase sin testigos, mientras la policía miraba para otro lado.
Pero tu hijo es de la tribu.
Felices navidades.
V'ssssssss