... lo que haría es ir, con la mejor intención, al agente de tu propia aseguradora y hablar con sinceridad de que quieres reparar la moto, aver si poniendo sobre la mesa todas las opciones que hay encuentras la luz. Seguramente tienen ellos mucha más experiencia que todos nosotros y no hay por qué dudar de que te ayudarán. En estos casos, si no hay dudas por la responsabilidad, creo que es lo más sensato.
Ehhmmmm, discrepo: ¡¡¡ Cuidado con lo resaltado en negrita. !!!
Hace unos cuantos años muchas (no todas, pero sí muchas) compañías de seguros firmaron un acuerdo entre ellas -no recuerdo el nombre ahora mismo; eran unas siglas) de modo que, con el supuesto objetivo de agilizar los trámites y reclamaciones entre ellas, decidieron que mira: "hoy por tí y mañana por mí", y cada compañía de seguros acababa pagando los daños sufridos por su asegurado, salvo aproximadamente los primeros 880 €, que se los come la aseguradora del culpable.
Pero el resto, la del que no ha tenido culpa. Es decir: en el caso del compañero, aun estando claro que la culpabilidad es de la conductora del coche, los primeros (aprox.) 880 € los paga la compañía de la conductora, pero el resto (y en casos como este los daños superan en mucho los 880 €) los debe pagar la propia aseguradora de dicha moto.
Claro, uno puede pensar "pues vale, a mí me da igual, mientras me arreglen la moto". Pues no: error. Ese convenio entre aseguradoras está envenenado en contra del usuario en los casos de daños superiores a los citados 880 € (y peor es cuanto mayor sea la factura a pagar), porque como es tu compañía la que (sin decírtelo) debe pagar la mayor parte de los gastos del arreglo (en el caso en el que comentamos, que obviamente superan por mucho los 880 €) , resulta que tu "enemigo" es tu propia compañía, pues va a intentar que la reparación se haga de la forma más barata posible, o incluso, si económicamente a ellos les viene mejor, dar siniestro y pagar el valor venal en lugar de reparar. Y olvidad los anuncios de la tele de la compañía de seguros que se desviven por tí, y bla, bla, bla... Su objetivo nº 1 es
su cuenta se resultados,
su bien económico. Si además pueden quedar bien contigo, pues mira, mejor, pero si las dos cosas no pueden ser, quedar bien contigo será secundario respecto al dinero.
Por todo lo anterior hay que andar con
muuuucho ojo a ver cómo respira tu propia compañía (a la que consideras tu aliada... ¡JA!) , ya que sus intereses, con gran probabilidad, irán por otro lado a los tuyos.
Si ves que eso empieza a oler raro (tu propia compañía cree que no debe arreglarse, que mira, mejor coge el dinero, que para qué vas a ir a juicio...) casi seguro que te la están intentando clavar y te conviene realizar la reclamación de daños y exigir la reparación empleando un
abogado externo a tu propia compañía, máxime cuando es habitual que dicho abogado lo tenga que pagar tu aseguradora.
Así que ya sabes: de entrada colaborar, tratar de llegar a un acuerdo y todas esas cosas, sí, por supuesto, pero
no bajes la guardia porque posiblemente sea tu propia compañía aseguradora la que te la clave (o al menos lo intente).