C
CO1637P
Invitado
Llega Manolo a casa después del trabajo y su mujer le dice:
- ¡Manolo te has vuelto a olvidar otra vez!
- ¿De que, Pepi?
- ¡Hoy cumplimos cinco años de casados!
- Pe… pe… pero, ¿cómo me voy a olvidar de eso, cariño mio?
- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.
- Pues mira, ¡Justamente era eso lo que había pensado y me has fastidiado la sorpresa!
- Está bien, quiero que me lleves al Copacabana
- ¿Quéeeeee? ¿Estás loca? ¡Pero si eso es un antro!
- ¡Manolo! ¡Quiero que me lleves al Copacabana porque quiero conocerlo!
Y fueron...
Apenas llegaron, el aparcacoches dice:
-Buenas noches, caballero. ¿Cómo le va? ¡Me alegro de verlo otra vez!
La Pepi que se vuelve y salta sorprendida:
- ¿Qué dice éste? ¡Ha dicho que se alegraba de verte otra vez!. ¡¡¡Tu has estado aquí!!!
- ¿Yo? ¿Pero estás loca? ¿En ese antro? Los aparcacoches le dicen a todos lo mismo. Estos sitios son así.
Llegan a la entrada, la Pepi aún medio mosqueada, y el portero dice:
- Sr. Murillo…. ¡Qué alegría verle de nuevo!
Esta vez la Pepi pasa del mosqueo al cabreo
- ¡¡¡Te ha llamado Sr. Murillo…!!!. ¡¡¡Este te conoce!!!
- Ehhhh... Si, cariñín... Es que este señor vive donde tengo yo la consulta, ¿cómo no me va a conocer si nos cruzamos todos los días?
Pues que la Pepi con unos morros hasta el suelo y tremendamente desconfiada, entra y el gerente del Copacabana les sale al paso:
-¡Doctor Murillo! ¿La mejor mesa, como siempre, verdad?
- ¿¡¡¡Y este también vive en el edificio donde tienes la consulta!!!?. ¡¡¡¡¡¡Te voy a matar!!!!!!
-No…no... Eh… Es que este señor me conoce porque es el que me vendió el deportivo que te regalé el año pasado ….
- Manolo, me estás ….
Y en ese momento fatal, aparece la vendedora de cigarrillos:
- ¡Mi Reeeeeeeey! ¿Te doy tu Cohiba?
La cigarrera se puso el habano entre los pechos:
- ¡Mete la manita mi amor, y saca tu habanito!
Pepi estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces y no le queda más remedio que sentarse. Epieza el espectáculo y aparece una mujer espectacular que empieza a hacer un striptease. Cuando se quedó sólo con el tanga se acercó a la mesa de Manolo, lo mira fija y descaradamente, y de forma muy sensual pregunta a toda la concurrencia:
- Y ahora… ¿quiéeeeeen me va a quitar el tanguitaaaaaaa?
Y todos los presentes cantaron a coro y a viva voz:
- ¡Se ve, se siente, Manolo con los dientes! ¡Se ve, se siente, Manolo con los dientes!
Y ahora si que ya la Pepi no aguanta más y pasa del cabreo sordo al empute violento. Salta del asiento como un resorte tirando mesa, silla y vasos, sale corriendo, se mete en un taxi y Manolo corriendo detrás de ella gritando
-Pepi, que esto no es lo que parece...!!! (que es lo que se dice siempre cuando es precisamente lo que parece).
Con gran riesgo personal, el manolo se lanza y consigue meter medio cuerpo dentro del taxi. La Pepi se quita un zapato de tacón de aguja, lo agarra por delante y empieza a sacudirle taconazos en la cabeza gritando histéricamente
-¡¡¡Hijo de puta, sinvergüenza, cabrón, esta me la pagas.!!!!!!
Y en eso, llegan a una esquina, semáforo en rojo, el taxista para, pone el freno de mano, se vuelve y dice:
-Mire que hemos llevado putas locas en este taxi, Don Manolo… ¡pero como esta! ¡¡¡Ninguna!!!
- ¡Manolo te has vuelto a olvidar otra vez!
- ¿De que, Pepi?
- ¡Hoy cumplimos cinco años de casados!
- Pe… pe… pero, ¿cómo me voy a olvidar de eso, cariño mio?
- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar.
- Pues mira, ¡Justamente era eso lo que había pensado y me has fastidiado la sorpresa!
- Está bien, quiero que me lleves al Copacabana
- ¿Quéeeeee? ¿Estás loca? ¡Pero si eso es un antro!
- ¡Manolo! ¡Quiero que me lleves al Copacabana porque quiero conocerlo!
Y fueron...
Apenas llegaron, el aparcacoches dice:
-Buenas noches, caballero. ¿Cómo le va? ¡Me alegro de verlo otra vez!
La Pepi que se vuelve y salta sorprendida:
- ¿Qué dice éste? ¡Ha dicho que se alegraba de verte otra vez!. ¡¡¡Tu has estado aquí!!!
- ¿Yo? ¿Pero estás loca? ¿En ese antro? Los aparcacoches le dicen a todos lo mismo. Estos sitios son así.
Llegan a la entrada, la Pepi aún medio mosqueada, y el portero dice:
- Sr. Murillo…. ¡Qué alegría verle de nuevo!
Esta vez la Pepi pasa del mosqueo al cabreo
- ¡¡¡Te ha llamado Sr. Murillo…!!!. ¡¡¡Este te conoce!!!
- Ehhhh... Si, cariñín... Es que este señor vive donde tengo yo la consulta, ¿cómo no me va a conocer si nos cruzamos todos los días?
Pues que la Pepi con unos morros hasta el suelo y tremendamente desconfiada, entra y el gerente del Copacabana les sale al paso:
-¡Doctor Murillo! ¿La mejor mesa, como siempre, verdad?
- ¿¡¡¡Y este también vive en el edificio donde tienes la consulta!!!?. ¡¡¡¡¡¡Te voy a matar!!!!!!
-No…no... Eh… Es que este señor me conoce porque es el que me vendió el deportivo que te regalé el año pasado ….
- Manolo, me estás ….
Y en ese momento fatal, aparece la vendedora de cigarrillos:
- ¡Mi Reeeeeeeey! ¿Te doy tu Cohiba?
La cigarrera se puso el habano entre los pechos:
- ¡Mete la manita mi amor, y saca tu habanito!
Pepi estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces y no le queda más remedio que sentarse. Epieza el espectáculo y aparece una mujer espectacular que empieza a hacer un striptease. Cuando se quedó sólo con el tanga se acercó a la mesa de Manolo, lo mira fija y descaradamente, y de forma muy sensual pregunta a toda la concurrencia:
- Y ahora… ¿quiéeeeeen me va a quitar el tanguitaaaaaaa?
Y todos los presentes cantaron a coro y a viva voz:
- ¡Se ve, se siente, Manolo con los dientes! ¡Se ve, se siente, Manolo con los dientes!
Y ahora si que ya la Pepi no aguanta más y pasa del cabreo sordo al empute violento. Salta del asiento como un resorte tirando mesa, silla y vasos, sale corriendo, se mete en un taxi y Manolo corriendo detrás de ella gritando
-Pepi, que esto no es lo que parece...!!! (que es lo que se dice siempre cuando es precisamente lo que parece).
Con gran riesgo personal, el manolo se lanza y consigue meter medio cuerpo dentro del taxi. La Pepi se quita un zapato de tacón de aguja, lo agarra por delante y empieza a sacudirle taconazos en la cabeza gritando histéricamente
-¡¡¡Hijo de puta, sinvergüenza, cabrón, esta me la pagas.!!!!!!
Y en eso, llegan a una esquina, semáforo en rojo, el taxista para, pone el freno de mano, se vuelve y dice:
-Mire que hemos llevado putas locas en este taxi, Don Manolo… ¡pero como esta! ¡¡¡Ninguna!!!