Suzuki Condor III, "toqueteada" para sacarle una poquillo más de alegría, que además no era mía, sino de mi vecino y me la dejaba. Ilustro con foto random de Google:
Salida en solitario por caminos agrícolas, pistas de tierra, senderos... como tantísimas otras veces. La vez que nos ocupa, sin previo aviso oigo un ruido en la zona del motor y este se queda sin vida de forma instantánea. Por suerte sin bloqueo del motor, sin susto ni caida.
De entrada pensé en un enganchón de segmentos y/o pistón. La cuestión es que el motor se podía hacer girar pero ni arrancaba, nI hacía el menor amago de ir a hacerlo.
Hablo de hará unos 30-35 años (¡Dios, cómo pasa el tiempo!): por entonces ni móviles, ni GPS para dar una ubicación ni nada de nada. Así que con el subidón del cabreo y lo que el cuerpo aguanta con unos 15~16 años que tendría por entonces, a empujar la moto por caminos hasta casa. Y obviamente algunos en cuesta arriba . Creedme que empujar una motillo (realmente era un ciclomotor, por suerte en el aspecto del peso) unos 10 km, revienta al más pintado. Y obviamente a la moto súmale el casco y guantes, la cazadora, iba con botas militares, la mochila en la que llevaba el bocata, la lata de cocacola, una bujía, un cable de embrague y tres herramientas ultra-básicas... Menos mal que no había barro, pese a lo cual cabé hecho trizas cuando llegué a casa tras unas 4 de caminata. Justificar semejante barbaridad porque como decía, por un lado la moto era prestada y por otro, prefería esa paliza a dar la menor posibilidad de que, dejando la moto medio tirada en el campo, cuando pudiese volver a por ella ya no estuviera.
Al día siguiente a desmontar y encontrar la avería. Cilindro, pistón y segmentos bien, carburador en su sitio... Lo que había pasado es que se había soltado el estátor y el plato magnético lo había hecho migas, luego adiós encendido, adiós chispa y adiós a la más mínima posibilidad de que ese motor hubiese podido arrancar. En fin: estátor nuevo colocado previa limpieza de los 100 trocitos en que se había triturado el original... Y con el corazón en un puño:
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Fue probablemente la primera avería seria que reparé junto con una amigo y fue enorme la satisfacción de haberlo logrado y de no haberme dejado mis casi nulos ahorros en ello (me debió salir el estátor nuevo por sólo por unas 3.000 ó 4.000 pesetas de entonces, que entiendo que era nada comparado con llevar la moto a un taller y decir: arregladla cueste lo que cueste, porque es una moto prestada y por mis huevos que la devuelvo reparada y como si nada hubiese pasado).
PD.- Además de un poquito de mecánica aprendí bien aprendido, y por suerte sin llegar a una situación trágica, que al campo, y en general a donde es posible que no haya nadie que pueda echarte un cable, no se debe salir solo.