Me gusta la XR porque es la moto que debieran haber hecho los japoneses hace muchos años...
No me avergüenza decir que nací como motero en los 80 y que mis mejores recuerdos son los divertidos piques con mis amigos en los 90.
Eran las primeras deportivas japonesas. Todas de 4 cilindros y con potencias que en las 750, la cilindrada ideal de la época, saltó enseguida de los 100 cv.
Luego en los 2000 llegarían las CBR 900 y 1000, las R1, GSXR1000, Hayabusa, ZXR9 y 10R, la Superblackbird, etc.
Motos con las que pasar de 200 era pan comido.
Cada vez más potencia y menos peso.
Y al mismo tiempo, las 600 R ganando terreno tanto en los circuitos como en carretera.
Fueron muy buenos años, donde los limites de velocidad estaban en lo que cada uno se atreviera a alcanzar.
Yo, particularmente fui alternando las deportivas erre, con las Sport Touring, como la Tomcat, la CBR1000 F, o la 600Thundercat.
Pero hubo una que me cautivó especialmente. Unía un peso contenido, poco más de 205 kilos llena, con una gran potencia, 177 cv, entregados desde abajo y apenas sin baches, con una buena comodidad de amortiguación.
Era la GSXR 1000 conocida como K5-K6, por su motor de carrera larga.
Aquella moto llenaba las aspiraciones de cualquiera...
Desde luego, las mías, ya a medio camino entre lo deportivo y lo contemplativo ( el turismo), las llenaba todas.
Pero aquella moto tenía un gran problema: no llevaba control de tracción, tampoco abs, ni modos de conducción...pero lo peor era que cuando le dabas caña de verdad, llegabas a perder la dirección.
Y además, como era típico entonces en una deportiva, protección, poca!! Y postura, más racing imposible!! Con las rodillas pegadas a las orejas y las manos buscando abrazar la rueda delantera!!
Al final, estaba cantado. Me deshice enseguida de ella...
Pero he de reconocer que en mis húmedos sueños moteros, aquel motor con su fabulosa entrega de potencia, me ha asediado por muchos años.
Así, hasta llegar a Dulcinea, la XR.
El mismo fabuloso motor. Potente y dulce. Pero con todo tipo de controles de seguridad. Y con una ergonomía, posición y protección, sino perfectas, casi casi.
Y es curioso que dos de sus letras sean las mismas: GSXR y XR!!
Y que curiosamente, la beeme venga de una familia cuya más conocida y famosa prima se llame GS...
Cosas de la vida...
Saludos