Me sorprende que se menosprecie la importancia del contramanillar siempre por las mismas personas en cuanto existe una oportunidad, aunque sea remota. ¿A cambio de qué? … Pues de una técnica que se proclama más eficaz y segura aunque, eso sí, solo en posesión de algún privilegiado.
Francamente, me aburre el tema que, por otra parte, ya nos ha dado algún que otro disgusto.
Pero añadiré algo novedoso para salir de este tedioso asunto: Para que una moto tome una curva, irremediablemente tiene que inclinarse. Esto solo se puede conseguir desplazando el centro de gravedad del piloto (CdG) hacia el interior de la curva o aplicando contramanillar.
Para conseguir una inclinación de la moto -al menos un poco significativa- mediante el traslado del CdG, el piloto tiene que descargar peso del centro de la moto y del reposapiés del exterior de la curva y cargarlo en el del interior. No basta con “apretar” el pié con fuerza sobre uno de los reposapiés. Tampoco con sacar un hombro hacia dentro, a no ser que la velocidad sea importante o haya mucho viento frontal, de manera que se consiga un efecto aerodinámico.
Los desafectados por el contramanillar, postulan que hay que meter un hombro hacia la curva, inclinándose algo hacia delante y hacer un giro de cadera –sin dejar de sujetar bien el depósito de gasolina entre las piernas-, para conseguir que la moto entre en tumbada desde la rueda trasera. Eso sí, cuando se consigue es porque ya se ha llegado a un nivel superior de conducción, algo así como el “nirvana” motorístico.
Ya que considero que el verdadero salto en la calidad del pilotaje, es el dominio del contramanillar, sugiero que los interesados honestamente con este tema, se desplacen hasta una superficie amplia y solitaria. Practiquen el desplazamiento del CdG sin dejar de apretar el depósito de gasolina entre las piernas y observen el círculo que describe la moto. Eso sí, procurando no ejercer ninguna presión sobre los puños del manillar (lo que se facilita haciendo contacto ligero con ellos mediante la palma de la mano) ni agarrándolos con los dedos. A continuación experimenten con la técnica del contramanillar y, de nuevo, observen el círculo que consigue hacer la moto. Observareis que la diferencia es como la noche al día (control del radio del círculo y rapidez de respuesta acoplada a los deseos del conduntor., Entonces, se comprenderá porque es imposible tomar curvas de 90 o más grados sin el contramanillar, so pena de ir a menos de 30 Km/h. En curvas más amplias –como la de la foto puesta por Inmoto- se pueden tomar echando una siesta, por dar un carácter jocoso mediante la exageración.