Este sábado hemos cumplido como es debido con una espléndida matinal motera:
Los objetivos marcados por nuestro monitor eran perfeccionar la
“gestión de la mirada” y la
“gestión del peso”. Se cumplieron razonablemente bien salvo dos pequeños errores:
1º Por lo visto, lo de mirar hacia donde quieres ir no tiene nada que ver con las tías, ni con las playas. Es cosa de mirar la carretera pero más lejos. O sea, un coñazo. :-?
2º A mí algo me falló en la técnica de la gestión del peso porque se me durmieron los cataplines en dos ocasiones y pilotar en esas condiciones es jodido. :'( Así no controlas ni la mirada ni nada hasta que te paras para “recomponer” la situación.
Y tú,
Patxi, aprovecha ahora que el monitor no te vé para mirar hacia donde te apetezca (con permiso de
Bea, claro). :

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Saludos y hasta la próxima clase.