Te fascina la tecnología DeuBCN3, y ello en sí no en ningún problema. El problema, a mi modo de ver es cuando la tecnología toma el protagonismo y hace que te distraigas del objetivo primigenio y te centres en la propia tecnología, sus usos y problemas. Esto último no lo estoy centrando en ti, es un tú genérico.
En mi área que es la música, las grabaciones, etc., la democratización de la tecnología gracias a la informática trajo una serie de posibilidades nunca soñadas: cualquiera podíamos tener un estudio de grabación en casa. A día de hoy con un ordenador, una tarjeta de sonido y unos micros más o menos competentes tenemos en casa o en el local de ensayo una calidad de grabación mejor que la de algunos estudios profesionales de hace 25 años. Obviamente los estudios profesionales tuvieron que subirse al carro y digitalizarse para seguir siendo competitivos en la nueva era. Claro, una gran parte de la clientela de los estudios quería la última tecnología (bien por esnobismo o por pura tecnofilia), y poder decir "hemos grabado en tal estudio con un ProTools de tropecientas pistas en una mesa SSL de 96 canales y hemos utilizado hasta el último de ellos"; otra parte de la clientela... desgraciadamente necesita esa tecnología, no para dar rienda suelta a todo su torrente creativo, sino para suplir sus propias carencias.
Pero bueno, sin centrarme en el uso "incorrecto" de estas tecnologías para dar salida a productos mediocres, a lo que iba es que las grabaciones se han convertido en una tortura: ahora es costumbre grabar una batería con 18 micrófonos en otras tantas pistas "porque puedo", y hacer 27 tomas de cada canción "porque tengo disco duro suficiente", para después editar cada golpe de esa batería hasta la perfección más absoluta porque Dios no quiera que haya ni medio golpe fuera de lugar. Esto solo para la batería y una canción, pero es extrapolable a todos los instrumentos y todas las canciones.
Imagina el proceso de un disco completo. Toda esta tecnología se usa y se abusa "porque está", no porque sea necesario, y desvirtúa completamente el hecho creativo, hace que uno se centre en la tecnología misma, y confunde el medio con el fin.
Esto ha llevado a que algunos que estamos digamos "maduros" en esto de las grabaciones queramos volver a los orígenes, a grabar en cuatro, ocho pistas, todos los músicos juntos, en directo, y obteniendo el mejor sonido posible desde la fuente, desde el propio instrumento, no dejándolo para la mezcla donde le meteré 12 plug-ins en mi ordenador para que suene como X o Y artista. El Autotune se lo dejamos a los regetoneros.
Y después de este mega off-topic, te cuento que tengo una moto de 2016 con una carga tecnológica moderada (ABS, TC) y un motor y frenos que me permiten ir mucho más rápido de lo que quiero (por supuesto muchísimo más de lo que debo). Gracias a la tecnología probablemente, los límites de esta moto están muy lejos de lo que es recomendable (no digamos legal) explorar en carretera. Es una moto que sin ser deportiva (es una sport turismo) me incita a correr, a tumbar y a buscar mis límites. Es por ello que la vendo. Quiero tener una moto para ir a un ritmo decente, si, pero que no me pida tumbar y estrujarle la oreja todo el tiempo. Tengo mujer e hijos y quiero volver a casa después de cada salida. No quiero ir, como dices, con el codo al lado del asfalto, me parece una temeridad absoluta. No se trata de ir parado. Entre ir parado e ir con el codo en el suelo hay un margen muy amplio. Yo no voy con el codo en el suelo y te aseguro que me fundo los límites legales todo el tiempo. Lo que tú propones es, permíteme que lo diga, demencial.
En todo caso, como esto también ha sido un off-topic, vuelvo al tema original, y el asunto está claro: teniendo un presupuesto limitado (me invento una cifra, 5000€), ¿dónde pondríamos el dinero? ¿En una moto moderna y cargada de tecnología (luego necesariamente de una calidad cuestionable) o en una menos moderna, menos tecnológica, pero de calidad? Yo lo tengo claro, siempre menos, pero de calidad.