Buenos argumentos y además muy bien expuestos. Las formas son tan importantes como el contenido.
Voy a ser escueto, porque lo que voy a escribir ya ha sido mencionado muchas veces en el hilo, pero viene a cuento repetirlo para contestar a anot72.
Primero, creo que nadie está en contra de nada. Es decir, yo no voy a salir a la calle con pancartas para que se prohíban las motos con ayudas electrónicas. Todas me parecen muy bien para el que le gusten. Porque en mi opinión se trata solo de eso: de preferencias personales. Y como yo me tomo el debate así, sí que me parece importante que siempre haya opciones para la minoría que queremos conducir con nuestras habilidades y no con las de la máquina.
Dices que dónde está el límite de la tecnología que podemos aplicar a una moto. Y la verdad es que no hay límite, porque la moto toda ella es tecnología. El debate no es tecnología sí, tecnología no. El debate es inteligencia artificial sí, inteligencia artificial no. Y siempre desde el punto de vista de los gustos del piloto, no como norma para reprimir nada.
Es decir, ¿quiero yo convertir mi moto en un automóvil con todas sus comodidades (excepto la carrocería), su complicación y su peso? ¿O prefiero virtudes propias de las dos ruedas como ligereza, sencillez, independencia y movilidad? Para mí, este es el debate y en su raíz están formas distintas de ver el motociclismo.
Si uno lo que quiere es conducir un vehículo con la mayor comodidad posible, con la menor complicación posible y de usar, pagar al concesionario y olvidar, exactamente como hacemos con el coche, la tendencia es esa ahora mismo, así que está de enhorabuena.
Si lo que buscamos es un vehículo que sea el contrapunto del coche, que explote todas las virtudes inherentes al motociclismo que son totalmente opuestas a las del coche: independencia, agilidad, movilidad, sencillez, economía de recursos... pues nos damos cuenta de que los nuevos modelos cada vez nos alejan más de eso y nos acercan más al modelo del automóvil, en mi opinión porque es un modelo más rentable que crea clientes-esclavos de las marcas y los concesionarios, tanto desde el punto de vista comercial como desde el punto de vista técnico. Y para mí (ojo, para mí), la moto es todo lo contrario de eso.