El Congreso ha aprobado la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. En ella, dice que a partir de 2040 no se podrán vender vehículos de combustión
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Pues eso es lo que creo, que de aquí a unos años, quizás no la cascaremos por el CO2, pero si de hambre, al menos todos aquellos que vivimos del sector de la automoción.
Pero...¿y lo que mola legislar en modo
pajita mental? ...porque estamos en 2021...y lo que pueda pasar de aquí a 2040 sólo los dioses lo saben. A no ser que que los legisladores dispusieran de una bola de cristal de las buenas...que no debe ser el caso a tenor de la
praxis que observamos.
Igual resulta que los vehículos de combustión o térmicos en 2050 siguen funcionando con esos combustibles sintéticos que se están investigando/desarrollando...o igual no, vaya usted a saber. O son eléctricos o van con hidrógeno...o los mueve el viento. Ideas peregrinas hay a montones. Realidades, pocas.
Lo que importa es tirarse el rollo de ser el más
guayss y el más rápido
cascando, no particularizo en ninguno de los partidos políticos o clubs de mangoneo. Son todos iguales.
Si se aprueba la tal ley será uno más de tantos ejercicios de disparar-perdón por la violenta palabra-salvas de pólvora al aire. Ya se sabe: se lanza la tontería y a ver qué pasa.
Porque generalmente la Realidad se impone por la fuerza de los hechos a las ensoñaciones gratuitas; no se puede ser una isla mundial de
snobismo ecologista acaparador al precio de arruinar aún más a los sufridos ciudadanos europeos...mientras por los
foros internacionales y
cumbres climáticas somos el hazmerreir de los demás habitantes del Planeta Tierra?...muchos de ellos incomparablemente más ricos y prósperos que nosotros europeos.
No se puede mezclar política y ecologismo, no se puede uno autoproclamar Salvador del Universo ...porque sólo provoca un rechazo cada vez mayor entre los ciudadanos que pagan de su bolsillo todo: ideas peregrinas incluídas.
Y es que llegado el momento, si sale mal la cosa o no se cumple... viene el
yo no fuí, fué otro. Si tirásemos de hemeroteca los últimos años podríamos contabilizar cientos y cientos de afirmaciones rotundas, de disposiciones tomadas o a tomar, de decretos dictados y revocados...de leyes inútiles...etc...etc...
Vivimos en lo que se llama una
ceremonia de la confusión, que aprovechan unos y otros para pescar en aguas revueltas. Hay que esforzarse-y perder uno su tiempo-en informarse, para al menos entender los
tejemanejes que se traen con nuestro dinero algunos.