Pon una imagen que te guste.

Tras los pasos de una estrella fugaz.
Una brillante bola de fuego fue vista sobre los Países Bajos y Bélgica el 21 de septiembre sobre las nueve de la noche. Esta fue causada por un pequeño meteorito estimado en tan solo unos centímetros y que rápidamente se difumino en un destello tras entrar en contacto con la atmósfera terrestre.
La bola de fuego fue capturada por la red cámaras destinadas a la observación de meteoritos de la Sociedades Meteorológica de Holanda y la Sección de Meteoros de la Real Asociación Holandesa de Meteorología y Astronomía. Esta notable imagen fue tomada desde una de las estaciones de la red, en Ermelo. Utilizando una cámara automática con lente de ojo de pez, y con una exposición de un minuto y medio este es el redsultado; una imagen de este haz de luz iluminando el cielo nocturno en una noche clara de otoño.
La lente de la cámara estaba equipada con un obturador de LCD que durante la exposición realizó un total de 14 pausas por segundo. Debido a que la velocidad del obturador LCD era conocida, se pudo calcular el tiempo durante el cual la bola de fuego permaneció en el cielo: 5,3 segundos. La imagen también proporciona información sobre la desaceleración del meteoróide. En este caso, entró en la atmósfera a 31 kilómetros por segundo diminuyendo hasta los 23 en el momento de desaparecer a 53 kilómetros de altura.
Foto: K. Miskotte.
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Lobo de las nieves.
Resaltado su pelaje por el forraje otoñal de las copas de los árboles de los bosques septentrionales de Canadá, este lobo ártico - Canis lupus arctos- posa desde una posición privilegiada dirigiendo una mirada de escrutinio sereno al fotógrafo que tuvo la suerte de capturar esta instantánea.
Los lobos árticos viven por encima de los 68 grados de latitud, entre las islas árticas de Canadá y las costas este y norte de Groenlandia. Aunque no habitan en zonas de témpanos de hielo, su hábitat, de inviernos largos, fríos y oscuros es uno de los más duros para cualquier mamífero. De hecho, ni tan siquiera los Unuit viven tan al norte. Es por ello que excepcionalmente, debido a la escasa interacción que históricamente han tenido con los seres humanos esta subespecie de lobo es la única que en la actualidad puede encontrarse en libertad en todo su entorno original.
Foto: Gtres.
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Persiguiendo a la gran ballena azul.
Después de 25 años de fotografía submarina, recorrer el mundo desde Maldivas a Galápagos y capturar con su cámara especies tan misteriosas y únicas como el tiburón blanco, el fotógrafo canario Juanmi Alemany ha dedicado más de un año a la preparación de un viaje con el objetivo de conseguir un sueño: atrapar con su objetivo la gran ballena azul (Balaenoptera musculus). El sur de Sri Lanka fue el lugar elegido por ser uno de los santuarios y lugares de paso de este gran mamífero marino que alcanza los 25 metros de longitud y las 100 toneladas de peso.
En una de las primeras salidas realizadas para conseguir el avistamiento, Juanmi Alemany y el operador de cámara Óscar Delgado sufrieron un importante accidente que hizo volcar la embarcación en la que viajaban, causándoles algunas lesiones y la pérdida de gran parte del material. Después de días de recuperación y con la dotación técnica que les quedaba, ambos decidieron volver al mar con la ayuda de un pescador de la zona para probar suerte en el último intento antes de volver a España con las manos vacías. Por fin, tras ese año de preparativos y de un accidentado inicio, se dio el avistamiento que les permitió capturar a lo largo de tan solo cinco segundos, quince fotografías que plasmaron el movimiento majestuoso del animal más grande que jamás haya poblado la Tierra y que con 25.000 ejemplares se encuentra en peligro de extinción.
¡Misión cumplida!
Foto: Juanmi Alemany.
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El retorno del sol.
Para muchos, el Sol desapareció detrás de la Luna en el eclipse que tuvo lugar el pasado 21 de agosto y que atravesó de costa a costa el territorio de los Estados Unidos. Sin embargo, las 13 personas que vivían en la estación de investigación Concordia de la Antártida tuvieron que lidiar con la ausencia de luz solar durante mucho más tiempo. La fotografía de este amanecer es hermosa por sí misma, pero imagínese lo idílica que le parecería la escena, si además, llevara sin ver el sol durante 4 meses.
Esto es exactamente lo que el equipo que vive y trabaja en la remota base de Concordia experimenta en la meseta donde se sitúa su campamento de investigación: a 3.200 metros sobre el nivel del mar y en el extremo sur de la Tierra. Aquí el Sol no se eleva por encima del horizonte durante lo que dura el invierno, de mayo hasta agosto. Es así que los investigadores han de desarrollar su labor en un entorno sin luz solar y en donde las temperaturas pueden bajar por debajo de -80 °C.
Foto: ESA / IPEV / PNRA / C. Dangoiss.
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Pingüinos emperador,Antartida.
Un invierno en que Kira trabajaba en la estación McMurdo, en la Antártida, el hielo tardó en formarse mucho más tiempo de lo habitual. En la península de Hut Point vio un grupo de pingüinos emperador frente a una grieta inusual; tras observarla un buen rato, decidieron zambullirse en ella.
Los pingüinos emperador, endémicos de la Antártida, son los de mayor peso y tamaño. Como todos sus congéneres, es incapaz de volar, pero cuentan con unas alas rígidas y planas y un cuerpo aerodinámico perfectamente adaptado para la vida acuática. Aprovechar el aire como lubricante para reducir la resistencia hidrodinámica y aumentar así la velocidad.
Foto: Kira Morris.
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El volcán bajo el glaciar en Islandia.
En el glaciar Vatnajökull todo es desmesurado. Con sus 8.000 km2, podría cubrir la provincia de Madrid o la de Barcelona bajo un manto de 400 metros de espesor. En esa blanca meseta despuntan las cumbres más altas de Islandia. Para aumentar el dramatismo, siete volcanes laten en el interior del glaciar y su calor funde parcialmente el hielo. Es el caso de la caldera del Grímsvötn y su red de lagos, ocultos por una inmensa cúpula.
Al norte del Vatnajökull se hallan las cuevas de Kverkfjöll. Lo fascinante, aparte de su transparencia azul, es que han sido labradas por un río de aguas calientes que brota de las entrañas del glaciar. El olor a azufre reina en ese antro, donde algún visitante osa bañarse. Como el glaciar se mueve, las cuevas lo hacen con él y cambian de forma cada año. Esas fluctuaciones aumentan con el calor del verano, la época más azarosa para visitar Kverkfjöll.
Foto: Mateusz-Piesiak.
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El poder de la naturaleza.
La instantánea fue tomada en Colima, uno de los 30 estados de México. Durante más de una década, Tapiro ha estado estudiando y fotografiando el Volcán de Colima, uno de los más activos de Centroamérica también conocido como el "Volcán de Fuego". Tapiro estuvo haciendo un seguimiento exhausto y detallado de su actividad durante más de un mes antes de poder conseguir la impactante fotografía.
Sergio Tapiro se encontraba fotografiando el volcán una noche completamente nítida a tan sólo 12 kilómetros del cráter, cuando de repente escuchó un ruido atronador y fue testigo del mayor relámpago volcánico que había visto en su vida. No fue hasta después, cuando revisó las fotos que había tomado, que se dio cuenta de que había capturado el espectacular instante.
Foto: Sergio Tapiro Velasco.
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Congregación de pingüinos juanito en la Antártida.
Es blanca y negra y tiene un millón de patas: ¿quién es? La isla Pléneau, donde cada primavera se aparean los pingüinos juanito. En al foto, un millar de ejemplares de esta ave, de unos 5,5 kilos de peso y 75 centímetros de alto, se reúnen bajo una fuerte ventisca.
Los pingüinos juanitos (Pygoscelis papua), son identificables por la mancha blanca que llevan en la parte alta de la cabeza, justo detrás de los ojos. Aunque es nativo de la Antártida, se extiende por todo el hemisferio Sur.
Su área de distribución se circunscribe al océano Austral, donde permanece la mayor parte del año, aunque puede encontrarse en América del Sur, concretamente en la costa de Argentina, durante el invierno austral, y en ocasiones han sido vistos en Nueva Zelanda y en Tasmania.
Estas aves gregarias forman grandes colonias que pueden llegar hasta los 9.000 individuos, sobre todo en época de cría, cuando las temperaturas son muy bajas. La estancia en grupo les sirve para protegerse del frío y para salvaguardara a las crías del acecho de los depredadores.
Normalmente ponen uno o dos huevos que son incubados por ambos progenitores, los cuales establecen turnos para abandonar la puesta para alimentarse.
Foto: Eduardo Del Álamo.
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Elefante marino al fresco.
Un elefante marino del Sur se refresca bajo una paletada de arena. El fotógrafo Paul Nicklen fue atacado mientras buceaba cerca de una colonia de cría. «Uno intentó aplastarme», dice, refiriéndose a un macho de cuatro toneladas. Utilizando la caja de la cámara subacuática a modo de escudo, logró escapar con sólo dos esguinces de muñeca. Hace dos siglos esos encuentros casi siempre eran mortales -para los elefantes marinos-, pero ya no: de ser una carnicería, Georgia del Sur ha pasado a ser un refugio.
Foto: Paul Nicklen.
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Aurora boreal en Canadá.
Una aurora boreal ilumina el cielo nocturno del Parque Nacional Jasper, en la provincia de Alberta, en Canadá, mientras los escaladores Mike Stuart y Takeshi Tani completan la ascensión del glaciar Athabasca.
Según se cree, fue el filósofo francés Pierre Gassendi quien citó por primera vez el término de "aurora polar", aunque algunos indicios parecen indicar que Galileo ya lo había acuñado un par de años antes.
Las auroras polares -llamadas auroras australes cuando se producen en el hemisferio sur- son un fenómeno atmosférico relacionado con la intensidad de la actividad solar. Estas tienen su origen en la interacción del viento solar con la magnetosfera de la Tierra, lo que lo que da origen al baile de luces en forma de aurora que pueden observarse a ambos extremos de nuestro planeta.
El porqué y cómo se generan estas fantasmagóricos espectros de luz en los polos de siempre ha llamado la atención la comunidad científica. Algunos como Kristian Birkeland incluso han tratado de simularlas mediante complejos experimentos. Este físico noruego del siglo XIX construyó una esfera imantada y la colocó en un tanque vacío que bombardeó con rayos catódicos y corrientes de electrones para producir una suerte de 'pseudoauroras diminutas'. Comprobó que los electrones, bajo la influencia del campo magnético, se dirigían hacia los polos de la esfera, donde orbitaban emitiendo luz.
Foto:AP.
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El significado del norte.
Los osos polares se alimentan sobre todo de focas anilladas y barbadas, que cazan en el hielo marino. En tierra firme gorronean aves marinas, huevos y hierba. Este estuvo varios días pastando al pie de la Roca Rubini… y mordisqueó la cámara con control remoto.
Foto: Cory Richards.1.jpg
 
Tiera de Francisco José, océano Glacial Ártico.
La Estación Polar de la Bahía Tijaya, otro fantasmal puesto de avanzada, fue fundada en 1929 como la primera estación científica soviética en el alto Ártico. El teniente Georgiy Yakovlevich Sedov, quien murió en 1914 durante un intento de alcanzar el polo Norte en trineo de perros, dio nombre a la ensenada, que en ruso significa «bahía calma».
Foto: Andy Mann.
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A salvo del contrabando.
Los cuatro búhos reales –Bubo bubo- encontrados dentro de una caja de plástico en una calle de Zhengzhou, en China, posan en el Centro del Rescate de Fauna de la ciudad.
Las aves fueron rescatadas y sometidas a un reconocimiento veterinario tras el que se concluyó que se encontraban en perfecto estado de salud.
Dong Chaowei, director del centro del centro, declaró que la especie se encuentra bajo el segundo grado de protección en China. En declaraciones también airó sus sospechas acerca del origen de los animales, afirmando que probablemente fueran abandonados por un grupo de contrabandistas de animales para evitar ser descubiertos y atrapados por las autoridades.
Foto: Imagechina / AP.
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Depresión de Denakil.
La parte norte de la depresión de Danakil está dominada por la llanura de sal de Assale, una acumulación de depósitos de evaporita marina -rocas formadas por la evaporación en este caso del agua del mar- y alberga al volcán Dallol. Aquí, la interacción entre el depósito evaporítico y el vulcanismo han dado lugar a las exclusivas aguas termales de Dallol, que se caracterizan por tener una alta acidez, una elevada salinidad, y temperaturas máximas que oscilan entre 90 y 109 ° C.
Foto: Foto: iStock.
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El elefante en el pantano.
En esta fotografía tomada el 24 de mayo en las inmediaciones del Santuario de Vida Silvestre de Amchang, a 40 kilómetros al este de Gauhati, en la India, vemos como un joven elefante asoma su trompa sobre el nivel del agua para respirar.
El pequeño elefante salvaje de 10 años de edad se encontraba atrapado en una zona pantanosa debido a una lesión en su pierna trasera. Los veterinarios lo amamantaron durante varios días hasta que pudieron ayudarle a escapar del lugar, donde fue visto por los aldeanos locales cinco días atrás.
En los últimos años, escenas como estas se están convirtiendo en algo bastante común en el estado de Gauhati, el cual cuenta con una amplia y saludable población de elefantes salvajes, siendo cada vez más frecuentes los extravíos en los que estos animales acaban localizados en alguna zona pantanosa.
Foto: AP /Anupam Nath.
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Garajonay,la selva primigenia de las Islas Canarias.
Hace 20 millones de años los bosques de laurisilva recubrían el sur de Europa. Las glaciaciones acabaron con ellos. Sin embargo sobrevivieron en las islas de la Macaronesia –Azores, Madeira, Canarias, Cabo Verde...–, gracias a la suavidad de sus temperaturas y a la humedad que aportan los alisios tras soplar sobre el océano Atlántico y encaramarse por las montañas expuestas a barlovento.
Macaronesia significa en griego "islas afortunadas". Esa era la morada de los héroes difuntos en el confín occidental del mundo. El bosque más famoso de laurisilva está en La Gomera. Desde el caserío de El Cedro, una red de senderos permite adentrarse en un laberinto verde, con árboles cuyas hojas recuerdan a las del laurel y donde musgos, líquenes y enredaderas tejen una urdimbre mágica. La cumbre de Garajonay (1.487 metros) preside el conjunto y da nombre al parque nacional que lo protege.
Foto: parquesnacionalesdecanarias.es.
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Aurora boreal en el hemisferio norte.
Entre octubre y marzo, cuando las noches más se alargan, llega la mejor época para ver en el Hemisferio Norte las auroras boreales, un fenómeno lumínico que precisa un cielo sereno y despejado. Desde Alaska y Canadá hasta Groenlandia, Islandia, Escandinavia y Siberia, en torno a la franja del Círculo Polar Ártico se dan cada año decenas de noches con estos etéreos cortinajes verdes, naranjas, amarillos... Puede tratarse desde destellos fugaces a una danza de horas, pero cuando aparecen las llamadas "luces del norte" la gente interrumpe sus tareas y mira al cielo en profundo silencio.
El nombre de la aurora boreal viene de la diosa romana del amanecer, y de boreas, norte en griego. En Europa, cada vez hay más personas que viajan en invierno para contemplarlas, hasta el punto de que en algunos de los países próximos al Ártico se han construido hoteles con miradores y cúpulas acristaladas. Levi en la Laponia finlandesa, Tromsø en Noruega, la Aurora Sky Station del P. N. Abisko sueco o la península Snaefellsnes en Islandia son destinos privilegiados. En el Hemisferio Sur las auroras se denominan australes y acontecen sobre todo entre marzo y septiembre.
Foto:Gettyimages.
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El gibón de manos blancas.
Una cría de gibón de manos blancas -Hylobates lar- de apenas dos meses de edad se aferra al vientre de su madre durante su primera aparición pública en el Parque Animal de Nyiregyhaza, situado a unos 245 kilómetros al este de Budapest, en Hungría
Hylobates lar se encuentran entre los simios antropoides más inteligentes.
De cuerpo esbelto y extremidades proporcionalmente largas, se trata de un primate muy ligero que puede llegar a pesar entre 5 y 8 kilogramos. También posee una magnífica vista y excelentes reflejo como adaptación a la vida en los árboles, donde pasa la mayor parte del tiempo.
Estos gibones son nativos del sudeste asiático pudiendo encontrarse desde Myanmar –la antigua Birmania-, repartidos hacia el sur por toda la península malaya, así como en la parte nororiental de la isla de Sumatra. Históricamente la especie también ocupo el sur de China, donde en la actualidad ha desaparecido.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), por su estado de conservación, en la actualidad se encuentra clasificada como una especie en peligro de extinción, siendo la caza ilegal para su uso como mascota la principal amenaza para su supervivencia.
Foto: AP / MTI / Attila Balazs.
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Como te lo pasas,

No es hora.

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Tonga, zona de cria de las yubartas.
En el archipiélago de Tonga, frente a las islas Vava’u, una yubarta recién nacida –quizá no haya cumplido ni una semana de vida– se deja llevar por el agua hasta casi llegar a la placidez de la superficie. Mide 4,5 metros de largo, aunque con el tiempo puede alcanzar los 15. Estas aguas son un excelente criadero para estas ballenas.
Las yubartas, o ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) son uno de los rorcuales más grandes del océano. Toma su nombre común debido a la forma de su aleta dorsal y el aspecto que adopta su cuerpo cuando se encuentra sumergiéndose, y pueden llegar a alcanzar hasta las 40 toneladas de peso, una masa que, sin embargo, no les impide realizar inimaginables acrobacias fuera del agua. Emergen soltando chorros de aire, girando en espiral y golpeando la superficie con las aletas o con la cola. Saltan con la cola casi fuera del agua y la barbilla a 12 metros de altura, para luego caer con un estruendo que se oye a kilómetros de distancia.
Aunque son más activas en la superficie que la mayoría de las ballenas, pasan cerca del 90% de su vida bajo el agua. Sus desplazamientosa través de mares hostiles y remotos son demasiado largos para que los científicos puedan seguirlas, por lo que su comportamiento sigue en gran parte sumido en el misterio. Sin embargo, en lugares cálidos, como este archipiélago de la Polinesia, los investigadores pueden recabar nuevos datos acerca de aspectos clave sobre la vida de estas ballenas, como la el cortejo y la cría.
Foto: Karin Iliya.
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Frío extremo en el monte Javornik, Eslovenia.
Fantasmagóricas formaciones de hielo, con agujas de más de un metro de altura, cubren los árboles y el mirador de la cima del monte Javornik, en Eslovenia, a cuyos pies se encuentra la aldea de Crni Vrh.
Durante el invierno, la nieve y el viento convierten en ocasiones esta zona en una estampa invernal digna de plasmar en fotografías. Es lo que hizo el fotógrafo Marko Korošec, autor de esta instantánea, especializado en la captura de imágenes de toda clase de fenómenos meteorológicos extremos.
En esta ocasión este hielo, conocido como escarcha dura, se ha formado al congelarse la niebla tras una semana de nevadas y ventiscas. Para que se forme es necesario que las temperaturas se sitúen entre -2 ºC y -8 ºC y que exista viento. De hecho, debido a este viento se suelen formar banderas o peines de escarcha según la dirección en la que azote el aire.
"Me encanta tomar imágenes en las peores condiciones meteorológicas, pero mi experiencia en el monte Javornik sobrepasa los límites de lo imaginable", declara el fotógrafo. En algunos lugares la capa de nieve alcanzaba los 150 centímetros de profundidad, esculpiendo formaciones de hielo y nieve que me recordaban a las criaturas extraterrestres de las películas de ciencia ficción".
Foto: Marko Korošec.
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