Cabalgar primero, caminar después.
Con solo unos pocos años de vida, muchos niños y niñas en Mongolia ya cabalgan como expertos. En la imagen, uno de los jóvenes ganadores de una de las emocionantes carreras de caballos del festival Naadam, celebrada en Mandalgovi. Este evento anual, que tiene lugar en todo el país, rinde homenaje a las llamadas “tres artes viriles”: la lucha libre, el tiro con arco y las carreras ecuestres. Aunque tradicionalmente estaba reservado a los hombres, hoy día también participan mujeres, demostrando que la destreza no entiende de géneros.
En las llanuras de Mongolia, montar a caballo es una herencia cultural profundamente arraigada: se dice que algunos niños aprenden a cabalgar incluso antes de caminar, y los caballos mongoles son una raza legendaria por su aguante y tenacidad. Los participantes lucen decoraciones vistosas, como cintas de colores, medallas y tocados elaborados, que no solo celebran la belleza del animal, sino también el orgullo de toda una familia. En esta cultura nómada, el caballo ha sido durante siglos compañero de viajes, batallas y celebraciones, y sigue ocupando un lugar central en la vida diaria.
Foto: FischerFotos.