Yo disfruto por igual en moto, en coche, en barco o en lo que sea... Conducir me basta. Yo sí he ido a rutear en coche por el puro placer de hacerlo. Y me encanta probar coches que no conozco, sean de la gama que sean. Y eso por asfalto, si hablamos de campo ya sí que lo tengo claro. 4x4, y de moto nada.
Las sensaciones me las invento, cualquier cosa me vale, y a cualquier velocidad. No necesito apurar ni buscar los límites, salvo en contadas ocasiones. Si me pica el gusanillo de apretar, suele ser porque estoy enfadado, y procuro controlarme precisamente por eso.
Hace unos cuantos años mi mujer (entonces novia) vivía a 38 kms de mi casa, en las afueras muy afueras de Madrid. Y para mi era un placer ir a buscarla, llevarla y traerla, a veces por el camino más corto, y a veces por el larguísimo. A veces con paradas a "merendar", y a veces no... Y en esos tiempos de inconsciencia, a veces sereno y a veces con una o quién sabe cuantas copas...
Yo estaba entonces lejos del mundo de las motos, pero me apasionaban desde siempre los coches. Primero fue un Renault 11 GTX de tercera mano, con un carburador de doble cuerpo que quitaba el hipo si el mecánico conseguía afinarlo, lo que ocurría pocas veces, la verdad. Murió una noche de esas locas, cuando a 100 metros de casa me relajé, dije "qué bien que he llegado sano y salvo", y me quedé dormido... Luego vino un Clio de 75 CV que a 110 parecía que ibas a 300, y ya por fin un Montero io, una delicia de coche que nos llevó por todas partes (campo y carretera, por España, Francia y Marruecos) y que nunca debimos vender. Pero nos tomamos en serio lo del 4x4, y el siguiente, ya viviendo juntos, fue el Land Cruiser. Todavía recuerdo la llamada del mecánico (un taller de total confianza especialista en todoterrenos) diciéndome que tenía una perita en dulce, con 4 años y 130.000 kms y sin haber pisado el campo, pero de verdad. Fui esa misma tarde, lo revisé a fondo con él, y me fui al cajero a por la señal. Ni regateé. Era mi coche. Tuve que hacer cabriolas para pagarlo, porque todavía no había vendido el io, pero lo conseguí. Y sigue con nosotros, tras muchos viajes y aventuras, con 11 años y 110.000 kms más.
Conducir mi camioncito (Land Cruiser 90 3.0 diésel del 99), con Loquillo a todo trapo, es una bendición. Y sí, llevar a los niños al colegio (a 2 manzanas de casa), también. Les encanta cuando no voy a coger la moto y en lugar de ir andando vamos en "el coche de la rueda detrás"....
Estaría horas hablando, tanto o más que de motos. Como veis también se les puede coger cariño a los coches, y mucho.