Aquí os dejo la carta de mi amigo Rafa a su hermano, despues de una ruta con mi 1190, comentar que es un enamorado de las motor deportivas y tiene como moto soñada a una s1000rr, que espero algun día se la compre.....o no por su salud, jejeje
Ayer estuve en Almería, invitado por Sergio a probar su flamante KTM y tengo que decir que vine alucinado. Sobre todo cuando la comparo con su más inmediata rival, la BMW GS 1200 también de Sergio. Esta es:
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La primera impresión, nada mas acercarme a la moto resulta ser de ligereza. Gratisima sorpresa, pues cuando voy a moverla hacia atrás en el garaje, noto que la moto se mueve como si fuera una 125!! Me monto, empujo con los pies y no hay problemas en moverla. Se me quedan los ojos como platos, acostumbrado como estaba a menear la mole de la BMW que casi te parte los riñones en parado. El siguiente asombro me viene nada más pulsar el botón de arranque....un par de coces y rass, arranca a la primera y haciendo un sonido que pone los pelos de punta. Bicilíndrico si, pero deportivo. Con garra pero sin estridencias. Un sonido que se mete por las venas.
Meto primera (mantequilla pura), suelto embrague (mas mantequilla) y la moto sale con una facilidad pasmosa. ¿Donde demonios están los kilos de esta moto???? Se mueve como una maldita 125, como si no pesara nada. El motor pistonea son suavidad y suve la rampa sin esfuerzo ninguno. Qué sensación de poderío, señor!! El mérito del motor y de la extrema ligereza de la moto, a partes iguales. Luego acelero un poco y meto marchas y la sensación de mantequilla algodonosa persiste y se amplia. Las marchas son una delicia, pero aparte de blanditas son precisas y entran perfectas. Las reducciones igual, el motor parece que no tuviera inercias. Apenas se oye reducir ni la moto se frena ni hace aspavientos como la BMW, que se meneaba hacia los lados al reducir.
Enfilamos por carretera abierta y la KTM se convierte en mi moto de toda la vida. Bueno, miento, ya lo hizo desde el mismo momento que me subi en ella la primera vez para sacarla del garaje. En ella todo es fluido, natural, suave y preciso. El tacto del gas, el del embrague, el freno, las suspensiones...hasta el sonido general del motor es contenido y agradable. No existen rumorosidades ni sonidos parásitos. Todo suena a bloque bien engrasado.
Empiezo a darle marcha pero sin poder pasar de las 6500 vueltas (los roces aun), y teniendo en cuenta que tiene zona roja a 12.000 rpms...la cosa es muy seria (150 CV). La moto sale en sexta a 3000 vueltas, coceando como buena bicilíndrica pero sin meneos extraños como la BMW ni ruidos de chapoteo. El petardeo impresiona y la potencia bruta que emana del motor se trasnmite sin problemas a la rueda, pero en cuanto te pasas con el gas, tiende a derrapar en asfalto deslizante (tipo rotonda). Un vez superadas las 4000 vueltas el motor se transforma y se convierte en otro mucho mas refinado y lineal. Suena a otra cosa, pero ya te digo, sin estridencias y sin mucho ruido. Apenas te oyen llegar los peatones. Mucho mas silenciosa de lo que parece. Los cambios de marchas son tan blanditos que no hace falta ni el embrague. Todo sucede con la fluidez del mercurio pero con su densidad y contundencia.
La estabilidad de la moto se me antoja proverbial. Entra en las curvas con una insinuación de la mente y se mantiene completamente neutra en medio de la curva. No se cae al interior como la GSX 1000 ni tiende a realizar movimientos parásitos. Simplemente obedece al manillar con una celeridad sorprendente. Y de nuevo te preguntas ¿Y los kilos???? Esa moto no es de este mundo. Ni la postura de conducción, ni del deposito, ni nada te hace pensar que llevas un pepino de 1200 cc y nosecuantos kilos de peso. Es lo que mas me ha impresionado de esta KTM. Es imposible ser tan ligera y tan manejable pero lo es. Vas cambiando de direccion en las curvas como una flecha. Zas, zas, zas!. Impresionante. No puedes evitar una sonrisa dentro del casco y volver a mirar hacia abajo a ver si realmente es una 125cc. El equilibrio general de la moto me parece fascinante. Ligereza, ligereza y mas ligereza, pero con una aplomo y un motor poderosísimo. Los frenos son muy contundentes aunque si hay que poder alguna pega quizá sería que en el primer apretón le falta mordiente. Luego cuando ya aprietas con decisión el doble disco viene en tu ayuda y la detiene. El freso trasero muy bueno tambien, Por cierto, comodísimas las estriberas, que son planas y anchas. Mas aún que mi propia GSX que era de carretera.
Mejorable:
La protección aerodinámica de la cupula no es tan perfecta como la de la BMW. Se cuela algo de aire por encima de la cabeza y por los lados, pero en general bien. El asiento tampoco es el sofá de la GS pero se defiende. La horquilla tampoco es ideal porque tiene mucho recorrido y en frenadas fuertes se hunde en exceso, pero nada preocupante que no le suceda a todas las motos con horquillas.
Otra cosilla que no me gustao ha sido que cuando cambias de marcha, se nota una vibración en la maneta de embrague. Como si cada marcha que bajas o subes le transmita algo a la maneta, Pero solo es algo "estético".
Y la cosa que tampoco me gusta es que el gas tiene un levísimo retardo cuando abres a fondo bruscamente en bajas vueltas. Tarda un microsegundo en reaccionar, pero lo suficiente para que te joda un poco la sensación. Es como si entrara un turbo de esos antigüos que tardaban una decima en salir zumbando. Nada grave que no se pueda resolver con llevar la moto mas alta de vueltas y ya está.
En definitiva, hermano, un MAQUINON que sorprende por su increíble ligereza, comodidad y por su potencia en bajos, medios y altos. Y eso que no la he probado a altas revoluciones, pero sus 150 CV tieen que ser de infarto....
Ale
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Kir