Saludos, compañeros;
Quisiera compartir con vosotros mi personal visión sobre la organización de la Rider (sobre todo de esta edición), así como formular alguna sugerencia / consejo que, espero, puedan ser de utilidad a los que vamos a disfrutar desgastando las sinuosas carreteras secundarias de Cataluña y Castellón dentro de diez días. Pido disculpas de antemano por la longitud del mensaje.
1º En primer lugar, aclaro que soy casi neófito, pues esta será mi segunda Rider 1000. Lógicamente, mantengo fresca la ilusión de la primera, y tengo marcado el día R en el calendario desde el 1 de enero. Naturalmente, entiendo a los moteros expertos que, con tres, cuatro, cinco o incluso seis ediciones en su curriculum laudis hayan alcanzado la cima y sientan que una nueva rider no les aporta ya nada. Son etapas de la vida y supongo que a todos nos acabarán llegando.
2º No tengo relación alguna ni conozco siquiera a los organizadores de la Rider. Y, tratando de ser objetivo, considero que su labor es encomiable. Hubo fallos con la plataforma que se estrenó este año y el cabreo de algún usuario resulta más que comprensible. Una prueba de carga hubiera sido necesaria, pues era razonable esperar que, llegada la apertura de plazo, un alto porcentaje de los que obtuvimos las siete estrellas con sangre, sudor y lágrimas, estaríamos, como halcones que acechan la presa, buscando un hueco por el que apuntarnos ese día, hora, minuto y segundo.
Pero, asumido el error, la organización se disculpó adecuadamente y trató de arreglar, en la medida de lo posible, el desaguisado, respetando la prioridad de salida según el orden del pago. Claro que no es consuelo para quienes, sin culpa alguna, no pudieron pagar porque falló el sistema. De los errores se aprende, y no dudo de que para la próxima edición lo habrán corregido.
3º Se ha criticado (desde puntos de vista totalmente respetables) el deficiente avituallamiento que ofrece la organización, en comparación con otros eventos moteros. Yo mismo estoy apuntado a la Navarrider (5 de octubre, animaos) y allí la cosa mejora, pero, claro, estamos hablando de 400 kilómetros (un paseo), además de que comer mal en Navarra está castigado con cadena perpetua.
Creo sinceramente que, tratándose de la Rider 1000 (con las entre quince y veinte horas encima de la montura que supone), es mejor llevarse la propia comida, porque te permite comer cuándo y dónde quieras (no donde lo prevé la organización), y con un considerable ahorro de tiempo. Y, sobre todo, porque puedes elegir qué comida es la más adecuada para este evento. No he sido capaz de colocar el enlace a un post que escribí con ocasión de la rider 2018, así que os resumo aquí lo principal (según asesoramiento de una nutricionista a la que consulté para la ocasión):
Dieta aconsejada (comidas frecuentes y no copiosas):
* Alimentos sin mucha fibra, en general.
* Fruta: plátanos y manzanas.
* Aguacate con semillas: cortado en trozos de “bocado”.
* Lomo embuchado y jamón serrano (del bueno, un día es un día), con o sin pan;
* Agua en abundancia, para evitar deshidratarse, lo que aumenta la sensación de fatiga y disminuye los reflejos.
4º Por el contrario (y sirva esto de sugerencia a la organización, si acaso llegan a leer este post), creo que sería preferible invertir el precio de la inscripción, más que en comida, en material para el motorista. De hecho, la camiseta interior que regalaron el año pasado (no puedo hablar de otros años por no haber participado) es de gran calidad y seguro que, comprándolas en número de 2500, pueden sacar un precio competitivo. Aunque, en esto como en todo, seguro que no hay entre los 2500 participantes dos opiniones exactamente coincidentes, y todas respetables.
5º También quiero reproducir unos consejos que me ofreció una fisioterapeuta sobre determinados ejercicios de estiramiento que conviene realizar, al menos, cada dos horas de conducción:
* Cabeza: la cruz. Es decir: mirar hacia arriba (hasta que no podamos más), mirar hacia abajo (lo mismo), mirar izquierda y mirar derecha (hasta que nuestra cabeza esté en línea con el hombro). Cinco o seis repeticiones. Hay que hacerlo despacio, sintiendo como se estiran los músculos del cuello (que habrán estado sujetos a todo tipo de contracciones durante la conducción). Tiene que tirar, pero solo un poco (no nos tiene que hacer daño). Esto vale para todos los demás ejercicios.
* Rodillas: giros. Con las piernas juntas y las rodillas ligeramente flexionadas, ponemos las manos sobre las rodillas y hacemos giros.
* Torso: mirando de frente con los brazos estirados hacia abajo, girar el cuerpo hacia los lados (como si con la mano quisiéramos llegar al suelo –obviamente, no llegamos).
* Mirando hacia delante, con los brazos en cruz y las palmas mirando hacia delante, tratar de echar los brazos suavemente hacia atrás, abriendo el pecho.
* Brazos por encima de la cabeza, con las manos juntas (entrelazados los dedos) y las palmas mirando hacia arriba: subir y bajar los brazos.
- No sé si debido a casualidad o causalidad, pero yo efectué estrictamente estos ejercicios en cada parada y como resultado, después de 21 horas de conducción (contando descansos) solo experimenté un ligero dolor en el cuello que desapareció al día siguiente.
- La propia fisio me aconsejó, como último recurso, llevar paracetamol de 600, aunque sin abusar en su ingesta.
6º He dejado para el final lo más importante. Comparto la preocupación de otros foreros sobre la previsible aglomeración de motoristas que, en esta rider, se va a producir de noche en los últimos tramos, con carreteras estrechas y reviradas. Tal vez la organización debería haber previsto una forma de evitarlo, pero eso ahora es lo de menos. Lo esencial es evitar los accidentes, y para ello el factor decisivo somos nosotros y nuestra propia responsabilidad. Por razones profesionales estoy muy familiarizado con la seguridad vial, y compruebo a diario las drásticas consecuencias, a veces fatales, de incumplir las normas que la garantizan. En la ecuación del accidente de tráfico solo existen tres factores: vía, vehículo y conductor. Y nadie se sorprenderá si revelo que, con la fría e incontestable estadística como fuente de conocimiento, el factor del conductor acapara más del 90% de las causas de siniestro (a lo que hay que añadir que, frecuentemente, el fallo del vehículo lo es previamente del conductor, al no haber efectuado un mantenimiento responsable de sus elementos de seguridad –ruedas y frenos, principalmente-).
Pues bien; es en este momento en el que me enorgullezco de pertenecer (todavía como novato, pero ganando kilómetros de experiencia cada día) a la familia motera. Frente a lo que gratuitamente se afirma desde la ignorancia prejuiciosa de muchos “enlatados”, los moteros aprobamos con nota la asignatura del respeto a las normas de tráfico, conscientes como somos de la fragilidad de nuestra carrocería (especialmente los que ya hemos mantenido una entrevista cara a cara con el asfalto). A mayor abundamiento, los ejemplos de solidaridad entre nosotros son admirables (no tienen parangón, creo, en ningún otro tipo de vehículo), empezando por ese entrañable gesto de Vsss que casi siempre te brinda (y brindas) al desconocido compañero que se cruza contigo en ruta y a quien seguramente no conoces ni volverás a ver jamás. Y va mucho más allá: siempre que he tenido algún percance (afortunadamente, de poca importancia), ha faltado tiempo para que se pare algún motero y me brinde su ayuda (el último en hacerlo apenas hablaba español).
Pero siempre hay algún inconsciente que, con su conducta imprudente, echa tierra sobre la reputación del colectivo. El año pasado fui testigo de algún adelantamiento (especialmente en la subida y bajada a Irgo) digno de acabar en un Juzgado de guardia. Y esto viene a colación de los famosos tramos finales de esta Rider 2019, de noche, por carreteras sinuosas y con varios cientos de moteros que acumularán el cansancio de casi mil kilómetros entre las ruedas. La responsabilidad de respetar las normas y conducir con prudencia es nuestra, exclusivamente. Y eso se traduce en un imperativo categórico: en esos tramos finales, de noche, salvo motivos excepcionales y solo si se dan condiciones idóneas, NO ADELANTAR. ¿Hay que ir en caravana 200 km? Pues se va. Considerémoslo como un ejercicio más de esfuerzo en esta Raider, que en su esencia tiene ser una prueba de resistencia, no de velocidad. Es “el reto”, como bien lo define la propia organización. Y el principal reto para nosotros consiste en acabar de una pieza, sin poner en peligro nuestra seguridad ni la de los demás. La anterior mención al Juzgado de guardia no es un mero recurso retórico. Tras la última reforma operada en el Código Penal en materia de seguridad vial, determinadas conductas que antes quedarían en mera infracción administrativa, pueden ser consideradas, si llegan a provocar un accidente, delitos castigados hasta con nueve años de prisión. Que nadie tenga motivos para acordarse de esta rider como el día en que, por un adelantamiento imprudente, vio arruinada su vida.
Os deseo a todos que disfrutéis de un inolvidable día, rodeados de buenos compañeros, en este emocionante evento motero que es la Rider 1000, edición 2019.
Vsssssss.