Oído en la ortopedia.
Un hombre entra en una zapatería:
- Quiero un par de zapatos.
- Muy bien, caballero. Ustéd calzará un 44... ¿verdad?
- Sí, pero déme un 42.
El dependiente se lo da.
- Mmmmmm... sí, me aprietan un poco. Déme un 40.
El dependiente, extrañado, le alcanza un 40.
- ¡Uf! Estos sí que me aprietan de lo lindo... déme un 38.
Con una cara de no entender nada, el dependiente le da un 38. El cliente consigue ponérselos con ayuda de dos calzadores y da cuatro pasos por la tienda, las lágrimas asoman en sus ojos.
- ¡Ay! Estos, éstos. Me los llevos puestos.
- Pero, caballero, ¿cómo se lleva usted tres tallas menos?
- Mire, mi mujer me ha dejado, me han despedido del trabajo, ayer me robaron el coche, mi hijo se ha hecho gay y mi hija lesbiana. El único alivio que tengo es cuando llego a casa y me quito los zapatos...