Hoy han sido 450 km casi sin parar. Sólo para el necesario refrigerio. Dos estrellas, huyendo del agua que se amenazaba por doquier.
Salíamos a las 8'40. Regresábamos a las 14'40. Entre medias, curvas y más curvas por carreteras perdidas y otras no tanto, de la fabulosa serranía conquense.
En el almuerzo, el tema de conversación tras el consabido Rossi-Márquez-Lorenzo que sale en todos los círculos moteros, no podía ser otro que el de lo fabulosas que son nuestras motos.
Da igual que haya viento, que la carretera esté húmeda, que no sepas muy bien siquiera por dónde vas. A la RT LC le da igual, se lo come todo con una inusitada voracidad. Y manteniendo a su piloto totalmente aislado...., y lo mejor, con una facilidad maravillosa, en la que llegas a pensar lo buen piloto que eres....Hasta que en la siguiente curva, metido en tus pensamientos de grandeza, te das cuenta que vas a más velocidad de la debida, que no sabes si la curva es a izquierda o a derechas, si se cierra o se abre.....Sientes una presión enorme en la garganta, que de alguna manera se ha conectado a tus partes más nobles, hasta cortarte el aliento casi por completo.
Entonces recapacitas, no te queda más que reconocer que tú no tienes mérito ninguno, porque antes siquiera de que hayas tomado la menor decisión, ella ya lo ha hecho todo sola....
Llega la cosa hasta tal punto que empiezas a pensar si los ingenieros de BMW no habrán ido más lejos de lo que marcan los manuales, e igual que han puesto una amortiguación que se adapta sola a la velocidad y al estado de la carretera, no la habrán dotado de inteligencia artificial para que te mantenga a salvo en todo tipo de circunstancia....., especialmente a salvo de ti mismo, de tus imprudencias y tus temeridades.
Cierto es que con los kilómetros se le empiezan a ver cosillas....Y no porque la moto tenga deficiencias, sino porque el roce, la costumbre y la rutina, terminan por cansarte y acabas deseando lo que no tienes. Empiezas a pensar en otros motores más suaves, en chásis más rígidos para alta velocidad, en una amortiguación más blandita, en 15 o 20 caballitos más....
¡Tonterías todas!, te dices, cuando en días como hoy, ya cerca el invierno, te percatas de una cosa: con cualquier otra moto te hubieras quedado en casa, en la cama, con las sábanas pegadas, al calor de un apetecible y descansado sueño, con los ojos semiabiertos soñando en un chocolate con churros al levantarte; y sin embargo, la Estrella te lleva como un poseso sobre paraísos escondidos de los que nunca antes oíste hablar, en pos de desconocidos destinos, y haciéndote sentir, de un modo simple y profundo, el más feliz de los mortales.
Esa es su magia, ese es su mérito.
¡Ay, Fabulosa RT LC!, ¿por qué no te conocí antes?