Tema polémico, pero lo que es absurdo es ignorar el problema y mirar hacia otro lado a ver si se resuelve por sí solo.
El caso particular que trata el hilo, es un granito de arena en un desierto. La realidad es que vivimos en una distopía cuya brújula son el bienquedismo, el buenismo y el golipollismo, "valores" (nótese la ironía) que están en crecimiento exponencial y que poca gente se atreve a criticar hablando claro por miedo a la previsible reacción en manada de todos los que están subidos a ese carro.
Actualmente se confunden, no sé si por ignorancia o porque en lo que hay que cimentar los actuales mantras feministas, derechos (que todos tenemos los mismos) con capacidades (que NO todos tenemos las mismas).
El actual autodenominado feminismo, guste o no, es un lobby que debería llamarse "hembrismo" ya que realmente persigue ventajas para la mujer respecto al varón, supuestamente "para conseguir la igualdad". Es absurdo, un oxímoron, la contradicción en sí misma y eso lo entiende un niño de ocho años. O lo entendería un niño de 8 años de los que estudió EGB; quizá un chaval de 14 años de los últimos planes de estudio, no... pero ese es otro tema.
Mi propia mujer dice que el actual "feminismo" es una aberración. Y mi mujer no es una excepción, si bien pertenece a una minoría. Pero dentro de esa minoría, la mayor parte de las mujeres que coinciden con mi mujer son aquellas que han alcanzado estatus entre medios y altos por su valía personal en condiciones de perfecta competencia e igualdad real con todos los demás, independientemente de sexos. Suelen en cambio refugiarse en el paraguas de que "es que el mundo entero es machista", gente más mediocre a la que le han comido el coco y que se cree que no es la CEO de Repsol porque el heteropatriarcado (bla, bla, bla...) se lo ha impedido, pero que ella claro que lo merece. Los dos mejores jefes que he tenido en mi vida han sido un hombre y una mujer, y a su vez esa mujer era también la jefa de ese hombre. A esa jefa (ex-jefa; hace años que cada cual siguió un camino distinto) le encabronaban especialmente los mantras feministas que pretendían privilegios y tratos de favor a quien pueda alegar simplemente que los merece por tener una vagina, en lugar de a quien se lo haya ganado con valía, trabajo duro y sacrificio como era el caso de ella.
Pero dejando de lado vivencias personales y volviendo al tema del post: Es absurdo pretender "por ley" que una mujer tenga, de media, las mismas capacidades físicas que un hombre medio. Es una estupidez que para ser policía, militar o bombero se exija a las mujeres unas capacidades físicas más laxas que a un varón. Si por desgracia me veo atrapado en edifico en llamas yo tengo claro que a igual capacidad intelectual y formación, prefiero que venga a ayudarme un bombero/una bombera que haya demostrado que es capaz de levantar 90 kg o correr 20 km, en lugar de uno/una que sólo pueda con 50 kg o correr 10 km. Y es que de esas capacidades físicas (reitero: a igualdad intelectual) puede depender que sobrevivamos los dos, él/ella y yo. ¿Y dónde está el problema? Pues que al parecer las matemáticas y la estadística, deben ser machistas, ya que dicen que es más frecuente que las mayores capacidades físicas recaigan en hombres que en mujeres (siempre hablando de muestras representativas, de medias, que algún ofendidito vendrá a decirme que compare a un cuerpoescombro como yo con la campeona del mundo de triatlón). Y lo que es una irresponsabilidad, de quien gobierna, es que para quedar bien, se facilite el acceso a según que puestos a gente, hombres o mujeres, a base de rebajar las exigencias. Ello es, como bien se ha dicho, igualar "hacia abajo", sustituyendo la capacidad y la excelencia por la mediocridad. Y eso, en según que puestos, puede tener consecuencias graves.
Pero claro, planteas esto y en una mayoría de las situaciones una jauría no espera ni a que termines de hablar: en cuanto intuyen que eres una nota discordante en su melodía del país de los osos amorosos en el país de la golosina, donde toooodos, tooooodas y toooooodes somos igual de listos, de rápidos, de fuertes y de trabajadores, se te tira a la yugular etiquetándote, como mínimo, de misógino. De ahí para arriba.