Aquí quería llegar yo. Justo aquí, al 11 (once).
Número que sucede al 10 y precede al 12 (grácias Francesc RT por las pistas

), y que además, sumando sus dígitos y comparando la suma obtenida, con la suma de los dígitos de su predecesor y la de los de su sucesor, da exactamente 1 más que la del primero, y 1 menos que la del segundo (curiosidad supina, esta).
Además es un número primo por derecho de nacimiento, pues nace del amancebamiento, unión o rejunte, de dos primeros números (de dos unos- como Atila, que nació de un uno y una una). Es, al parecer, por ello, que en ciertos ambientes más o menos fantasiosos, fantaseantes y fraileantes, el 11 se considera un número malo, muy malo.
Se relaciona, también por derecho de cuna con el no-primo (llamánles algunos "compuestos") número 5, ya que tubo a bién caer en 5º lugar, siguiendo al 2, al 3, al 5 y al 7, cuando Eratóstenes sometió a la criba a todos los números habidos y por haber. De modo que, además, se asocia al dedo meñique, pues es conocido que mientras sostenia el cedazo -o criba- con la mano derecha, Eratóstenes iba contando con los dedos de la mano izquierda los primos que debido básicamente a su enjuta naturaleza y menudo porte, eran susceptibles de pasar por la estrechez de la trama del cedazo, siendo así que al caer el 11, Eratóstenes, extendió el meñique, y gritó cual binguera; ¡EL CINCO!
Curioso es también que el tal primo 11 se forma a partir del número 1 (uno), que curiosamente no es ni primo ni compuesto, claro que esto es así solo por convenio, dicho de otra manera; por motivos políticos, es decir; por motivos de pura conveniéncia (¡si es que la política está en todo!).
Resulta ser que es uno de los más antiguos números dotados de "primalidad", hace unos 20.000 años, un tal Ishango fue capaz de grabar en uno de sus huesos el 11 junto a sus colegas primales 13, 17 y 19. Al parecer Ishango demostraba, para la época, una gran sabiduria matemática, al tiempo que una enorme estupidez humana. Podía fácilmente haberlo grabado en una piedra granítica y ahorrarse el sufrimiento.
El 11 es el único número que sumado a si mismo da como resultado un número del que si sumamos sus dígitos da el mismo resultado que obtendríamos si sumáramos los dígitos de los dos números 11. Y eso no lleva justamente al 4 (cuatro), que es a donde yo quería llegar desde el principio. El cuatro es el número de confirmación total, el de la seguridad completa, el que nos transmite la confianza y nos garantiza la certeza.
Dos y dos, decimos, SON cuatro, y eso, nadie se atreve a cuestionarlo.
Pues bien, como dos y dos son cuatro que quedan 11 (ONCE) dias para, que como dos y dos son cuatro, se celebre, celebremos, la 2ª LCNTREFFEN.
Hasta dentro de 11 (ONCE) dias, como dos y dos son cuatro.