parruso800
Acelerando
- Registrado
- 14 Jun 2010
- Mensajes
- 445
- Puntos
- 43
Sí, llevo ya unas semanas dándole vueltas y algo agobiado, porque no entiendo el motivo por el que la relación no funciona.
¿Sabéis esa sensación de estar con la chica perfecta, guapa, que lo hace todo bien, cariñosa, etc, pero en el que no acaba de cuajar el amor? Pues eso.
No soy muy mayor, en breve estreno el 40 en mi marcador, pero he tenido bastantes motos en mi vida. De todo tipo, F, deportivas, touring... La anterior de la anterior, fue una F800S que me tuvo enamorado durante 6 años. ¡6 años! A mi me parece una pasada, pues habitualmente cambiaba moto cada 2-3 años, pero la efita, con todos sus defectos, me daba casi todo lo que necesitaba y tras esos 6 años de relación conseguía hacer que me girara para mirarla de nuevo cada día cuando me alejaba de ella en la cochera. Ese basculante trasero me tenía loco...:excited:
Peeero, un día decidí que quería más y que no me iba a quedar con las ganas de tener un bóxer, así que me fui a por una R1200R de aire, que de nuevo me enamoró por funcionamiento, sonido, etc. Pero soy friolero, mucho, y eso que vivo en el Mediterráneo con su cálido clima, pero no aguantaba la nula protección aerodinámica. Así que tenía dos candidatas, la RS y la RT. Y es muy muy probable que si hubiera elegido la RS no estaría aquí planteándome este asunto, pero me fui a la RT por su polivalencia, protección y demás cualidades que conocéis de sobra. Así que tan solo 7 meses después de tener la R, la vendí y me compré la RT en el mes de Marzo.
Y el resto del asunto lo conocéis del principio; 5 meses después no nos entendemos.
Cierto es que la he gastado poco, que tengo pendiente el viaje Transpirenaico que tenemos programado para Septiembre, pero no se, no estoy ilusionado. Me da pereza cogerla, si tengo que ir a un sitio cercano suelo coger el scooter de mi mujer. En ciudad, aunque puedes ratonear, me siento como un elefante. Está claro que cuando haga el viaje alucinaré, pues es su medio natural, pero aunque me gusta mucho viajar, es cierto que no hago más de dos viajes al año. Así que creo que no le estoy sacando partido ni de momento se lo voy a sacar.
¿Y cual es la culpable? Pues posiblemente diréis que juega en otra liga, una categoría inferior, que nada tiene que ver (y todo ello es cierto), pero no se, enciende una chispita en mi interior que me llama la atención.
La culpable es la Tracer 900. Ya probé el modelo anterior, que me gustó y me divirtió mucho, mucho, pero me dio la sensación de que era un producto mal acabado. Tenía un motor explosivo, muy divertido, pero que no encajaba con el chasis. Era muy nerviosa, a la salida de curvas apretándole le encontrabas el límite al chasis en seguida. Y, aunque no soy de correr, rara vez paso de 130km, en altas velocidades flaneaba y se movía de dirección que daba gusto. Y aunque no fuera a reproducir esa situación, estaba ahí. Así que la descarté y compré la R1200R.
Peeeero, meses después ha salido la Tracer 900 GT, que incorpora muchas cosas que echaba en falta en la normal y con todos esos problemas de la anterior corregidos. Ahora lleva pantalla TFT, puños y asiento calefactable, control de crucero, maletas, etc.
Así, que aquí me encuentro, con este dilema y enmelonamiento moteril.
Ahora mismo, poniendo en una balanza, me llena y me sobra con lo que me ofrece la Tracer. Pero, hay dos asuntos que me frenan. Aunque ahora viene con maletas de serie, no se quien fue el listo que pensó que unas maletas en las que no cabe un casco era buena opción. Y el otro asunto es que me he acostumbrado al ESA. Me parece una pasada. Regular precarga y sobre todo dureza en plena ruta es una maravilla, y que además utilizo mucho.
Por lo demás, estética, posición de conducción, sonido, comportamiento del motor y potencia, etc, me sobra.
Por cierto, para el que está pensando que la RS es mi moto, sí, podría ser. Pero hay un asunto del que ahora no puedo escapar. Mi mujer no va cómoda en la RS. Y quitarle el sofá RT para sentarla en una silla de terraza metálica RS puede hacer que lo que peligre también sea mi matrimonio... Si de primeras hubiera elegido la RS en vez de la RT, podría haber colado, pero ahora, es tarea imposible. No es que la RS sea incómoda, el problema es que mi mujer es muy pequeñita y si no va recta totalmente no va bien.
Añado también que mis últimas 5 motos han sido bicilíndricas, y me apetece volver a algo con más pistones.
Pues nada, ahí os dejo mis impresiones, que me han servido también para analizar interiormente la situación, y si os apetece, pues me comentáis algo.
Gracias por leer este tochete dominguero.
¿Sabéis esa sensación de estar con la chica perfecta, guapa, que lo hace todo bien, cariñosa, etc, pero en el que no acaba de cuajar el amor? Pues eso.
No soy muy mayor, en breve estreno el 40 en mi marcador, pero he tenido bastantes motos en mi vida. De todo tipo, F, deportivas, touring... La anterior de la anterior, fue una F800S que me tuvo enamorado durante 6 años. ¡6 años! A mi me parece una pasada, pues habitualmente cambiaba moto cada 2-3 años, pero la efita, con todos sus defectos, me daba casi todo lo que necesitaba y tras esos 6 años de relación conseguía hacer que me girara para mirarla de nuevo cada día cuando me alejaba de ella en la cochera. Ese basculante trasero me tenía loco...:excited:
Peeero, un día decidí que quería más y que no me iba a quedar con las ganas de tener un bóxer, así que me fui a por una R1200R de aire, que de nuevo me enamoró por funcionamiento, sonido, etc. Pero soy friolero, mucho, y eso que vivo en el Mediterráneo con su cálido clima, pero no aguantaba la nula protección aerodinámica. Así que tenía dos candidatas, la RS y la RT. Y es muy muy probable que si hubiera elegido la RS no estaría aquí planteándome este asunto, pero me fui a la RT por su polivalencia, protección y demás cualidades que conocéis de sobra. Así que tan solo 7 meses después de tener la R, la vendí y me compré la RT en el mes de Marzo.
Y el resto del asunto lo conocéis del principio; 5 meses después no nos entendemos.
Cierto es que la he gastado poco, que tengo pendiente el viaje Transpirenaico que tenemos programado para Septiembre, pero no se, no estoy ilusionado. Me da pereza cogerla, si tengo que ir a un sitio cercano suelo coger el scooter de mi mujer. En ciudad, aunque puedes ratonear, me siento como un elefante. Está claro que cuando haga el viaje alucinaré, pues es su medio natural, pero aunque me gusta mucho viajar, es cierto que no hago más de dos viajes al año. Así que creo que no le estoy sacando partido ni de momento se lo voy a sacar.
¿Y cual es la culpable? Pues posiblemente diréis que juega en otra liga, una categoría inferior, que nada tiene que ver (y todo ello es cierto), pero no se, enciende una chispita en mi interior que me llama la atención.
La culpable es la Tracer 900. Ya probé el modelo anterior, que me gustó y me divirtió mucho, mucho, pero me dio la sensación de que era un producto mal acabado. Tenía un motor explosivo, muy divertido, pero que no encajaba con el chasis. Era muy nerviosa, a la salida de curvas apretándole le encontrabas el límite al chasis en seguida. Y, aunque no soy de correr, rara vez paso de 130km, en altas velocidades flaneaba y se movía de dirección que daba gusto. Y aunque no fuera a reproducir esa situación, estaba ahí. Así que la descarté y compré la R1200R.
Peeeero, meses después ha salido la Tracer 900 GT, que incorpora muchas cosas que echaba en falta en la normal y con todos esos problemas de la anterior corregidos. Ahora lleva pantalla TFT, puños y asiento calefactable, control de crucero, maletas, etc.
Así, que aquí me encuentro, con este dilema y enmelonamiento moteril.
Ahora mismo, poniendo en una balanza, me llena y me sobra con lo que me ofrece la Tracer. Pero, hay dos asuntos que me frenan. Aunque ahora viene con maletas de serie, no se quien fue el listo que pensó que unas maletas en las que no cabe un casco era buena opción. Y el otro asunto es que me he acostumbrado al ESA. Me parece una pasada. Regular precarga y sobre todo dureza en plena ruta es una maravilla, y que además utilizo mucho.
Por lo demás, estética, posición de conducción, sonido, comportamiento del motor y potencia, etc, me sobra.
Por cierto, para el que está pensando que la RS es mi moto, sí, podría ser. Pero hay un asunto del que ahora no puedo escapar. Mi mujer no va cómoda en la RS. Y quitarle el sofá RT para sentarla en una silla de terraza metálica RS puede hacer que lo que peligre también sea mi matrimonio... Si de primeras hubiera elegido la RS en vez de la RT, podría haber colado, pero ahora, es tarea imposible. No es que la RS sea incómoda, el problema es que mi mujer es muy pequeñita y si no va recta totalmente no va bien.
Añado también que mis últimas 5 motos han sido bicilíndricas, y me apetece volver a algo con más pistones.
Pues nada, ahí os dejo mis impresiones, que me han servido también para analizar interiormente la situación, y si os apetece, pues me comentáis algo.
Gracias por leer este tochete dominguero.