Desde luego, pienso que una prohibición sería absurda además de contraproducente. Sería como prohibir el salto-base o el esquí extremo.
Las dos federaciones más potentes de Europa a nivel de competición, la italiana y la española, no permiten que sus federados compitan. Más que prohibir el TT, creo que eso significa: "ves, pero no con nuestra licencia porque nosotros pensamos que no deberías ir".
Que la federación funciona de puta pena no hace falta que me lo digáis, me lo creo. Las federaciones deportivas en este país son cortijos hereditarios y caciquiles, solo hay que ver la de fútbol. Pero ese no es el tema y en este caso la prohibición puede tener su sentido.
Después de leer el hilo, no resuelvo mis interrogantes.
El TT es un evento comercial, un negocio. ¿Debe ese negocio basarse en el riesgo extremo que corren los demás? Todos hemos llegado a la conclusión de que el riesgo es el elemento central del TT, en un circuito no sería lo mismo.
Si los pilotos profesionales consideran que los riesgos son inasumibles, si nosotros mismos no permitiríamos que alguien cercano compitiera, ¿por qué animamos a los demás a hacerlo? ¿por qué para ellos es aceptable?
Y no discuto que el ambiente en el TT sea especial, familiar, amigable, cercano. No discuto que los pilotos sean muy valientes (como todos los pilotos de competición), no discuto que la afición sea incondicional y fervorosa. Estoy convencido de que si fuera, me gustaría. Todo esto ocurre en otras competiciones y otras carreras. Pero sinceramente, no creo que tenga que ver con el fondo de la cuestión.
Creo que mis dudas no tienen respuesta, o la tienen solo a nivel particular. Quizás cada uno debe dar la suyas y actuar conforme a ellas. Plena libertad.